Diario de una víctima de Dutroux

Sabine Dardenne ha querido dar a conocer los detalles del horrible calvario que tuvo que sufrir durante dos meses y medio de secuestro en manos del pederasta Marc Dutroux. Entonces, apenas tenía 12 años. Hoy, con 19, ha decidido romper con seis largos años de de silencio para decir sin tapujos que Dutroux "debe pagar" por su terrible lista de abusos, que acabaron con la vida de otras cuatro niñas: Melissa Russo, Julie Lejeune, An Marchal y Eefje Lambrecks, desaparecidas en 1995.

Hubo otra adolescente que sobrevivió a los terribles abusos del hasta ahora considerado como el enemigo público número uno en Bélgica, la joven Laetitia Delhez. Sabine advierte de que su captor es un "mentiroso" y un "perverso manipulador".

La historia de Sabine comenzó un 28 de febrero de 1996 cuando iba en bicicleta al colegio, como cualquier otro día. Era una niña como otra. Pero tuvo la desgracia de que el horror se cruzara en su camino. En un cuaderno, que utilizó a modo de diario, fue apuntando todos los detalles de lo que vio y sufrió durante los 80 días de secuestro. Se pensó en la posibilidad de que la adolescente hubiera estado sedada. Pero Sabine conserva intactos sus recuerdos. Junto a ese cuaderno se encontraron, además, bajo una alfombra, 15 cartas que escribió a su familia.

La mayoría del tiempo, Sabine estuvo sola encerrada en una habitación de la casa que el pederasta posee en Marcinelle. "Me ató a la cama con una cadena al cuello durante tres días", explica. Después la trasladó a un sótano donde había un colchón y una lámpara. Allí permaneció en solitario hasta el 9 de agosto, día que fue secuestrada la joven Laetitia Delhez. Durante dos meses y medio se alimentó a base de "albóndigas enlatadas en salsa de tomate", frías, y "sobras de pan". Dutroux consiguió convencerla de que él era su "protector" y de que sus padres no tenían ningún interés por verla.

"Se hizo pasar por una persona gentil que me había salvado la vida. De alguna manera, era mi amigo, mi salvador", cuenta la adolescente en su relato. Sin embargo, como ahora relata Sabine, se trataba de un "perverso manipulador". Marc Dutroux la amenazaba con entregarla a una banda de malhechores que la torturarían en caso de desobediencia y que la matarían después de haberla hecho sufrir. La joven belga no quiso entrar en detalles sobre los abusos que sufrió. Tan sólo dijo que Dutroux le había dicho que "debía amar las cosas del sexo" y ser amable "con los hombres que la miraban". Sabine está considerada como la testigo clave de un proceso que lleva en fase de instrucción más de seis años. Sus revelaciones alejan la hipótesis de la trama "organizada", en la que Dutroux estaría en uno de los extremos, y en el otro, sacando provecho de las niñas, un nutrido grupo de clientes poderosos. "Sólo he visto a Dutroux", afirma. Marc Dutroux deberá sentarse en el banquillo, a más tardar, a comienzos de 2004. Fue detenido el 13 de agosto de 1996. Dos días después de su arresto, Sabine y Laetitia fueron liberadas.