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La tensión en Irak afecta a mercados en alza del azulejo y el mármol

Todos los sectores exportadores temen las secuelas de una guerra en Oriente Medio

La recuperación económica que disiparon brutalmente los atentados del 11-S de 2001 se complica 18 meses después ante la amenaza de una inminente invasión militar de Irak. Portavoces de varios sectores económicos valencianos coinciden al señalar que las exportaciones de sus productos se resienten en general en todos los mercados por la incertidumbre que se extiende entre compradores de todo el mundo. Pero dos importantes sectores exportadores que han afianzado mercados en Oriente Medio, el azulejo y la piedra natural, son perjudicados por partida doble.

Juan Fernando Guillén, secretario general de la asociación de productores de mármol de la Comunidad Valenciana, explica que las exportaciones de piedra natural con destino a Arabía Saudí y los distintos emiratos del Golfo representaron en torno al 11% de las ventas del sector en el exterior el año pasado. Pero el mayor peligro derivado de la tensión actual reside en el carácter "ascendente" de ese mercado. Las ventas en Oriente Medio crecieron por encima del 100% entre 2001 y 2002 cuando se redujeron en conjunto casi un 5%. Las exportaciones de piedra natural durante los primeros once meses de 2002 superaron los 212 millones de euros.

Guillén subraya también el exceso de "prudencia" que atenaza en el presente a los clientes estadounidenses, que compran un tercio de la piedra que se exporta. "Nuestros distribuidores en Estados Unidas compran dos contenedores en lugar de cuatro para evitar almacenar el producto", explica.

La tensión afecta al mármol en un momento complicado debido al calibre de ciertas inversiones recientes en tecnología. Pero, por volumen, duele mucho más entre los azulejeros, cuyas ventas acumuladas en el exterior durante los 11 primeros meses de 2002 sumaban casi 2.000 millones de euros.

Las ventas de azulejos en Oriente Medio representan el 13,4% del total de exportaciones y crecieron por encima del 6% entre el primer semestre de 2001 y el mismo periodo de 2002. Un dato que contrasta con el descenso cercano al 10% que arrojan las exportaciones acumuladas por el conjunto del sector.

Francisco Pons, secretario general de Federmueble, asume que "el sector perdió el tono el año pasado" cuando la exportación bajó un 9% y afirma que la incertidumbre económica afecta con saña a los productores de bienes que no responden a primeras necesidades.

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El mueble y la iluminación acumularon ventas al exterior a lo largo de los primeros 11 meses de 2002 por encima de 556 millones de euros. Pons apunta una serie de problemas estructurales que sufre el sector derivados de cambios en los hábitos comerciales y un descenso en la consideración social de los muebles. Pero esa situación se agudiza cuando uno de los contados destinos de muebles de lujo está pendiente de una posible guerra. Pons explica que los muebles valencianos de "lujo, bárrocos y recargados", responden a los gustos de los compradores árabes. Una situación que se extiende en términos muy similares al sector de iluminación.

José Vicente Serna, secretario general de la Asociación de Empresarios Textiles de la Comunidad Valenciana, un sector cuyas exportaciones durante el año pasado acumularon cerca de 450 millones de euros hasta noviembre de 2001, explica que las ventas en Oriente Medio sobre el total de exportaciones están por debajo del 4%.

La feroz competencia asiática ha reducido notablemente la cuota de mercado en esa zona en los últimos años. Serna recuerda que "hace 12 o 13 años, la cuota de exportaciones destinadas a Oriente Medio se elevaba a un 15%". En la actualidad, sólo algunos productos específicos, como las mantas, se venden sin competencia en la zona. La última Guerra del Golfo golpeó decisivamente al sector textil valenciano. En la actualidad, las repercusiones que pueda provocar el conflicto entre los productores textiles valencianos se derivan, según Serna, "por sus repercusiones en la economía en general".

Antonio Galiana, presidente de la Federación del Calzado en la Comunidad Valenciana, se ha expresado a lo largo de los últimos días en un tono más catastrofista. El calzado, que el año pasado acumuló ventas en el exterior por valor de 1.370 millones de euros hasta noviembre, atraviesa un situación muy complicada. La falta de pedidos ha provocado el cierre de alguna empresa y paradas en la producción en varias otras.

Galiana recordó esta semana ante el responsable de Economía del Consell que las ventas del calzado al exterior se redujeron a la mitad durante la pasada Guerra del Golfo, aunque los países árabes no sean un destino decisivo, debido al encarecimiento del producto en el exterior derivado de los costes del combustible.

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