"El veto no tiene sentido cuando nuestra posición es mayoritaria"

La ministra francesa de Defensa, Michèle Alliot-Marie, rechazó ayer el proyecto de segunda resolución de Naciones Unidas sobre Irak y descartó el planteamiento de un veto por parte de su Gobierno. Además, acusó al secretario general de la OTAN, George Robertson, de haber "cometido un error" que agravó la crisis sufrida en el seno de la Alianza Atlántica cuando se intentó la aprobación de medidas militares en Turquía solicitadas por EE UU.

Ante la solicitud recibida, Robertson intentó resolver los problemas evidentes que eso iba a plantear usando el procedimiento del silencio, que implicaba la aprobación si ningún país miembro se oponía expresamente. "Las medidas solicitadas suponían la utilización del territorio de Turquía como base para una intervención militar", explicó la ministra, que detalló algunas fases de la negociación que condujo a desnudar el proyecto de toda intención ofensiva y dejarlo en medidas meramente defensivas.

"Esto me recuerda la época en que se decía que el euro nacía para agredir al dólar"

"Antes de plantearse una nueva resolución es necesario usar a fondo la 1.441"

Cuando se llegó a esa solución en el comité de planes militares de la OTAN (del que Francia no forma parte), Alemania y Bélgica lo aprobaron "tras concertarse con nosotros", explicó Alliot-Marie a un grupo de corresponsales extranjeros en París.

La ministra se mostró muy firme respecto a lo inamovible de la posición francesa en la crisis de Irak. "No tiene sentido hablar de un veto a una segunda resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Primero, porque ni siquiera está presentada. Y segundo, porque la mayoría del Consejo de Seguridad coincide con nuestra posición, que es la que de dar más tiempo y más medios a las inspecciones".

El presidente francés, Jacques Chirac, reconoció la existencia de un riesgo de intervención unilateral estadounidense en Irak, en una conferencia de prensa celebrada el jueves tras reunirse con 42 jefes de Estado o de Gobierno africanos. "Esto no cambiará en nada nuestra postura. Sin la ONU, está excluido que Francia participe", precisó la ministra de Defensa.

Alliot-Marie informó de que la flota encabezada por el portaaviones Charles de Gaulle se encuentra de regreso a su base -"ya les había dicho yo que sólo se trataba de unas maniobras"- y saldrá nuevamente a efectuar ejercicios en el Mediterráneo a partir del 4 de marzo. Dos aviones Mirage IV de observación fueron despachados ayer a la zona del conflicto, lo cual implica el desplazamiento de un equipo de 70 personas, incluidos los analistas de la información.

Amparándose en la necesidad de "mantener la serenidad, quizá fruto de la ancianidad" -ironía dedicada a su colega estadounidense, Donald Rumsfeld-, la ministra sostuvo que "antes de plantearse una segunda resolución es necesario usar a fondo las posibilidades de la 1.441, utilizando al máximo la vía de las inspecciones. Esto aún no se ha hecho. El problema no es que haya armas de destrucción masiva en Irak, sino que sean destruidas". En caso de resistencia por parte de Sadam Husein, "los inspectores podrían sugerir una fecha límite, pero esto dependerá de ellos".

Las autoridades de París se encuentran en plena ofensiva diplomática para conservar o recuperar apoyos internacionales, ante la batalla en la ONU. Los dirigentes de Angola, Camerún y Guinea, miembros del Consejo de Seguridad, se han visto cortejados por las autoridades francesas durante la cumbre franco-africana del jueves, de la cual salió una resolución en la que se afirma que "hay alternativa a la guerra".

Más complejo es restablecer la confianza con los países del este de Europa, tras el alineamiento pronorteamericano de éstos y la severa crítica que Jacques Chirac les dirigió el lunes. Pero se están produciendo varias iniciativas: el ministro del Interior, Nicolas Sarkozy, ha aprovechado una visita a Bulgaria para tranquilizar a sus autoridades, y la ministra de Defensa acaba de visitar Polonia, donde ha creído percibir un clima favorable a la búsqueda de una solución pacífica para Irak, antes de recurrir a la fuerza.

Alliot-Marie resta dramatismo a la postura de los países del este de Europa, cuya actitud "es comprensible, porque quieren entrar en la Unión Europea sin disgustar a Estados Unidos", y que se han visto "presionados por la actitud de Reino Unido y España". Para la ministra francesa, esta crisis es una prueba más de que debe acelerarse el esfuerzo de construcción de la "Europa de la defensa, que no debe entenderse como una competencia de la OTAN".

"La Alianza Atlántica es la defensa última de nuestras fronteras, pero su existencia no puede significar que Europa deba abstenerse de intervenir cuando la OTAN no lo haga. Yo creo que se trata de sistemas complementarios y estamos impulsando grupos de trabajo para definir coordinadamente cuáles son las lagunas de capacidad militar que tenemos". Tras recordar que Francia es el primer contribuyente de tropas a las operaciones de la OTAN, Alliot-Marie niega que la Europa de la Defensa deba entenderse como el intento de construir algo contra Estados Unidos: "Esto me recuerda la época de la preparación de la moneda común, cuando se decía que nos comprometíamos con el euro para agredir al dólar".