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Tiziano reconquista Europa

La Galería Nacional de Londres y el Prado colaboran para reunir las obras del maestro renacentista

La Galería Nacional de Londres y el Museo del Prado han aunado esfuerzos para compensar las lagunas en sus respectivas colecciones de Tiziano Vecelli y presentar al público una completa panorámica de la obra del más influyente artista del Renacimiento. La muestra se inaugura hoy en Londres con una selección de 40 obras que abarcan la práctica totalidad de la larga carrera artística del genio veneciano. Una versión de la exposición llegará a Madrid el próximo mes de junio. La venta anticipada de la muestra londinense superaba ayer las 10.000 localidades, aproximadamente el doble de la registrada en anteriores exhibiciones de similar importancia de la National. El Prado y El Escorial han cedido tres y dos obras, respectivamente, a la muestra londinense.

Fue un pintor innovador e influyente, y también un astuto negociante

El éxito que tuvo en vida le permitió a Tiziano ampliar su círculo de mecenas venecianos para convertirse en el más solicitado de los pintores del siglo XVI. El papa Pablo III reclamó sus servicios y Felipe II le encargó sus más celebrados trabajos de madurez, entre ellos La muerte de Actaeon y El enterramiento, que el Prado ha cedido, junto a otros tres lienzos, a Londres para la ocasión. El Escorial, por su parte, contribuye con dos obras, San Juan Bautista y San Jerónimo, de los 40 tizianos reunidos en las salas de la National.

Tiziano se hizo indispensable para la élite internacional y, cinco siglos más tarde, vuelve a conquistar Europa. "El público conecta con Tiziano. Siente atracción por la sensualidad y sexualidad de las figuras femeninas y por sus paisajes seductores", explica David Jaffé, comisario principal de la mencionada exposición.

Un retrato de Felipe II, datado hacia finales de 1548, marcó el inicio de una fructífera relación entre el entonces futuro rey de España y el pintor. El príncipe heredero se quejó del resultado del lienzo, en el que posa con armadura militar, pero no obstante se convirtió a partir de entonces en el principal mecenas de Tiziano, asegurando así la riqueza de la colección del Prado en la obra tardía del maestro veneciano. Con 12 obras en sus fondos, la National destaca, en cambio, en las etapas de formación y plasmación de un estilo distintivo en este artista que dominó los motivos religiosos, mitológicos e históricos, además del retrato.

Londres ofrece una baza que no se repetirá en Madrid: la serie bacanal que Tiziano desarrolló por encargo del duque de Ferrara, Alfonso d'Este. Es la primera vez en cerca de 400 años que se reúne bajo el mismo techo la secuencia de lienzos dedicados a Baco, el dios mitológico del vino y la embriaguez, que decoró el camerino privado del duque entre 1524 y 1598. Aunque no se sabe a ciencia cierta la disposición de los cuadros, la National intenta reproducirla en base a recientes investigaciones históricas.

La serie está compuesta de cinco lienzos, incluido Bacanal con Vulcano, que se atribuye al pintor de la corte Ferrara, Dosso Dossi, y actualmente en paradero desconocido. Un marco vacío documenta la pérdida de esta pieza que compartía pared con Los Adrianos, de la colección del Prado, y La fiesta de los dioses, propiedad de la Galería Nacional de Washington, en el que Tiziano concluyó una escena iniciada por su maestro Gionanni Bellini. A ambos laterales se exhiben La adoración de Venus, también del Prado, y Baco y Ariadna, cuya fragilidad impide ser desplazado de Londres.

Cuadros de tamaño más reducido, dispuesto a modo de frisos, en los que Dosso Dossi reinterpreta la Eneida de Virgilio, completan las obras del camerino de Alfonso d'Este. "Reproducir las propias ideas de Tiziano es un reto fantástico y, al mismo tiempo, una experiencia humilde", señala Jaffé.

Con la exposición, la National trata de situar en su contexto sus tizianos y da pie a nuevas interpretaciones en la lectura de narrativas, en principio, distantes, como lo son las fuentes mitológicas y contemporáneas a las que recurrió el maestro veneciano. Al público menos especializado le brinda la oportunidad de revisar la trayectoria de Tiziano, un creador que dedicó al arte la práctica totalidad de su existencia. No se conoce la fecha exacta de su nacimiento, pero algunos calculan que tenía 99 años al morir en 1576. Su técnica y estilo evolucionaron con el paso del tiempo, liberando su brocha, agilizando el acabado del lienzo, oscureciendo su paleta, sin llegar a olvidar los detalles de sus composiciones por muy tenebroso que fuera lo que contara.

Se incita también al diálogo para descubrir detalles, incluida la fecha de algunos cuadros, que faltan por conocer en la trayectoria de Tiziano. "Suscitar preguntas entra dentro del concepto de la muestra: cuándo, dónde, cuál es el mejor...", afirma el comisario.

Hay una cuestión que no admite dudas: la atribución de las obras. Tiziano fue un innovador e influyente artista y su obra anticipa la llegada de la pintura moderna, pero también era un astuto negociante. Su retrato de Jacobo Strada se interpreta como un regalo a un marchante de familia holandesa que le ayudaba a vender cuadros de su taller en los que él no había trabajado. Otros retratos, entre ellos el de Ramucio Farnese, nieto del papa Pablo III, le servirían de reclamo para futuros encargos. "Eran su tarjeta de presentación", admite Caroline Campbell, comisaria de la muestra, "pero los lienzos que presentamos aquí fueron pintados personalmente por Tiziano".

<i>Danae</i> (1544).
Danae (1544).
<i>Noli me tangere </i>(alrededor de 1514).
Noli me tangere (alrededor de 1514).

De Londres a Madrid

La rica colección de tizianos del Museo del Prado permitirá ampliar la exposición dedicada al maestro veneciano, punto esencial de referencia para sucesivas generaciones de artistas. En su traslado de Londres a Madrid, donde la muestra se inaugura el próximo 9 de junio, perderá joyas de valor estilístico pero crecerá: de sus actuales 40 cuadros superará el medio centenar. El comisario de la Galería Nacional, David Jaffé, calcula que entre 8 y 10 lienzos del patrimonio británico, procedentes en su mayoría de la fase madura de Tiziano, no estarán incluidos en la versión madrileña de esta exquisita retrospectiva del pintor favorito de Felipe II.

Entre las ausencias se echará en falta Baco y Ariadna, pieza clave en la secuencia bacanal que Tiziano pintó por encargo del duque de Ferrara. Pero la disposición de los cuadros restantes de la serie frente a ventanales de una sala del Prado ganará en efectividad puesto que así se estima que fueron ubicados originalmente en el camerino del duque, según reconoció ayer Jaffé. Las tres edades del hombre tampoco viajará a Madrid. Propiedad de los duques de Sutherland y cedido en préstamo a la Galería Nacional de Escocia, entre las condiciones de la cesión se incluye el veto al traslado de la obra y fue necesario solicitar una dispensación de sus propietarios.

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