Los Quince afirman que la paz aún es posible si Irak colabora al máximo

Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea consiguieron ayer articular una mínima posición común ante el conflicto de Irak. Pese a la enorme división que les separa, y tras la gran fisura que supuso la carta de los ocho países que mostraron su apoyo a EE UU (entre ellos España) sin el conocimiento de los demás, los Quince exigieron a Irak la máxima cooperación para evitar la guerra. Recuerdan que es la última oportunidad y que las inspecciones no pueden durar indefinidamente. Los líderes apuestan por una solución pacífica como expresión de la voluntad ciudadana y conciben la fuerza sólo como último recurso.

El clamor que vivieron las capitales europeas el sábado, cuando millones de personas se manifestaron contra la guerra, quedó ayer plasmado en la declaración final de los Quince tras su cumbre extraordinaria: "Queremos conseguir [el desarme de Irak] pacíficamente. Está claro que eso es lo que quieren los ciudadanos de Europa". El canciller alemán, Gerhard Schröder, logró borrar del primer borrador la frase: "El tiempo se agota rápidamente".

Las inspecciones en Irak recibieron ayer un nuevo impulso con el primer vuelo de un avión de reconocimiento U-2 en cielo iraquí, una exigencia de EE UU que el régimen de Bagdad se había negado hasta ahora a aceptar. En un nuevo revés para EE UU, el Parlamento turco decidió ayer que no votará hoy, como estaba previsto, la autorización para el despliegue en su territorio de tropas estadounidenses, entre 30.000 y 50.000 soldados. El Gobierno turco pide "un esfuerzo financiero suplementario"; en otras palabras, una cantidad superior a la ofrecida por EE UU, 5.580 millones de euros en ayuda directa y 20.000 millones en avales ante los organismos financieros internacionales.

La Alianza Atlántica ha comenzado a planear una defensa preventiva limitada de Turquía en caso de guerra en Irak. La solución al bloqueo no logra disipar la fractura de la OTAN.