France Télécom suprimirá este año 13.000 empleos dentro de su plan de ajuste

El presidente de France Télécom, Thierry Breton, anunció ayer un programa de reducción de costes que implica la supresión de 13.000 empleos durante este año, de los que 7.500 afectan a centros de trabajo situados en Francia. Estos recortes forman parte de un plan global (Ambition FT 2005) para un drástico ajuste de plantilla hasta 2005, cuyo objetivo declarado es el de suprimir 22.000 de los 233.000 empleos con que el grupo cuenta actualmente. La operadora francesa, atenazada por el peso de la deuda, negó que haya puesto a la venta su filial española de Wanadoo.

Fuera de Francia, el país más afectado es Polonia, donde la filial TPSA perderá más de 4.000 empleos. France Télécom pretende también vender o cerrar otras filiales en el extranjero. La información sobre el recorte de empleos, anticipada por los sindicatos, fue confirmada por Breton en una entrevista radiofónica, en la que precisó que la compañía no despedirá a nadie, por lo menos en Francia. Se prevé conseguir esa reducción de plantilla por el procedimiento de no sustituir a 3.400 jubilados y prejubilar a otras 4.100 personas a partir de los 55 años de edad, congelando un proyecto para proceder a 1.000 nuevas contrataciones.

El nuevo presidente del operador de telecomunicaciones explora también un camino muy delicado en Francia, desde el punto de vista social, porque este grupo -participado en un 56,4% por el Estado- cuenta aún con 103.000 funcionarios, del total de 136.500 personas que trabajan para la operadora en territorio francés. La experiencia intentada por el nuevo presidente consiste en trasladar a unos 700 funcionarios del grupo a la Administración estatal, para lo cual se crea una estructura específica de reclasificación de personal.

La lectura de este plan por los sindicatos es mucho más inquietante que la realizada por la dirección. Para aquéllos, los anuncios realizados ayer "ocultan verdaderos despidos". Temen "una sangría" entre los interinos y describen otras medidas para desprenderse de personal comercial en Orange, la filial de telefonía móvil, y en Wanadoo, como ofrecerles seis meses de sueldo y una prima complementaria a cambio de que abandonen la empresa.

Estas medidas suponen que France Télécom sigue un camino similar al de otros grandes operadores europeos de telecomunicaciones, que han emprendido vastos planes de reestructuración para resistir en un ambiente más competitivo y después de rendirse a la evidencia de los excesos cometidos durante la burbuja tecnológica, a finales de los años noventa.

Orange ha reducido o está abandonando sus inversiones en la telefonía móvil de tercera generación en Suecia y se concentra en la actualidad sobre los mercados de Francia y Reino Unido. Precisamente ayer, Breton nombró a Solomon Trujillo como nuevo máximo responsable de Orange, y el que deberá pilotar el ajuste en la filial de móviles. También designó a Wilfried Verstraete, actual director financiero de Wanadoo, para ocupar el mismo puesto en Orange.

El presidente de France Télécom comienza a ejecutar así el plan de saneamiento de un grupo de telecomunicaciones del que se hizo cargo, en otoño pasado, lastrado por un endeudamiento global de casi 70.000 millones de euros. Con la reducción de plantilla, la dirección espera conseguir disminuir los costes operativos en 35.000 millones de euros en un máximo de tres años.

Otra operación pendiente es el aumento de capital, en principio por 15.000 millones de euros, de los que el Estado debería aportar unos 9.000 millones, con toda la desconfianza que esto suscita en la Comisión Europea. La ampliación no se llevará a cabo ahora, pero la solicitud para hacerlo será planteada el 25 de febrero, en una asamblea general.