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Reportaje:

Nueva vida para la huerta

Aldaia arrendará pequeños huertos a personas mayores y jóvenes sin recursos

Sara Velert

Desde las ventanas de la casa de Carmelo Navarro, el Tío Carmelo, se veía huerta y naturaleza en los años ochenta donde ahora se levantan edificios de viviendas, circulan los trenes de cercanías y los coches de las carreteras de circunvalación de Aldaia en el límite con Alaquàs. El desarrollo urbanístico del área metropolitana y las nuevas infraestructuras engulleron la huerta y el modo de vida de este agricultor. Pero de la expropiación de la tierra en la que vivió más de 40 años y crió a cinco hijos se salvó su vieja casa y un pedazo de su huerto, que el Ayuntamiento de Aldaia, gobernado por el PSPV, rescató para abrir en junio de 2000 el Centro Medioambiental Casa del Tío Carmelo.

"Él sigue siendo el alma mater de este lugar y sigue viniendo casi todos los días", cuenta Enric Martí, ingeniero técnico agrícola y director del centro municipal, mientras muestra unos paneles que resumen la historia de la huerta en Aldaia, que es también la del Tío Carmelo, de 84 años. La estructura de aquella casa de campo, restaurada, se ha mantenido, pero donde retozaban los cerdos y se levantaban las cuadras hay ahora un aula de formación medioambiental, y enfrente, tras cruzar el patio, una gran sala de exposiciones.

El centro, un pequeño vergel en el paisaje urbano, alberga un "huerto didáctico" en el que se han plantado todos los árboles frutales representativos en Aldaia, desde el olivo y algarrobo, al almendro y ciruelo. "La higuera y el granado los plantó el Tío Carmelo, y a veces nos regaña y dice que hemos podado mal los árboles", comenta Martí. En este huerto y con la ayuda de un cuaderno de educación ambiental, Martí acerca los árboles a los niños de los colegios de Aldaia, que los ven cambiar con las estaciones.

En el centro los escolares también preparan su propio semillero, plantan hortalizas y deben preocuparse de su cuidado hasta el momento "en que se llevan bajo el brazo un montón de lechugas o tomates". El huerto de los escolares incluye un pequeño canal de acequia para que "conozcan todo el ciclo del agua", explica Martí. Además, en el invernadero, los cinco trabajadores del centro siembran plantas de flor, aromáticas y arbustos para los parques y jardines de Aldaia. El Tío Carmelo supervisa el trabajo y ayuda a los niños, y de este modo sigue vinculado a la huerta, de la que vivió durante décadas.

Precisamente desde la filosofía de devolver a las personas mayores que añoran sus campos la posibilidad de cuidar un huerto y disfrutar de sus productos nace la última iniciativa coordinada por el Centro Medioambiental, que prepara 10 parcelas de pequeñas dimensiones para su alquiler a personas mayores o jóvenes sin recursos por 20 euros al año. Se encuentran junto al centro y el cinturón verde, una extensión de huerta protegida de unas 200 hectáreas que linda con Aldaia, Alaquás, Xirivella y Quart de Poblet. "Es una zona muy abandonada y el Ayuntamiento es consciente de este deterioro y propone acciones para recuperarla desde dos enfoques, el social y el medioambiental", explica Martí. El proyecto conjuga el objetivo de conservar el patrimonio de la huerta con el de evitar la degradación de la periferia urbana, y ofrece una nueva actividad a jubilados que han sido arrancados de su entorno rural. Este tipo de huertos periurbanos ya se ha puesto en marcha en ciudades como Sevilla, Vitoria o Madrid, y ahora en Aldaia.

El centro ha recibido "un montón de solicitudes" y si el proyecto funciona, estudiará arrendar o comprar más superficie. En este huerto experimental sólo se plantarán hortalizas o plantas ornamentales, "sin herbicidas, el cultivo debe ser lo más ecológico posible", dice Martí. El centro asesorará a los usuarios, que no podrán vender sus productos. "Hay que cambiarle la cara, darle nueva vida a la huerta", argumenta Martí. Recuperar un poco del paisaje del Tío Carmelo, cuando aquello "era una maravilla" y él cultivaba "pimientos, acelgas, tomates, de todo...".

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Sobre la firma

Sara Velert
Redactora de Internacional. Trabaja en EL PAÍS desde 1993, donde ha pasado también por la sección de Última Hora y ha cubierto en Valencia la información municipal, de medio ambiente y tribunales. Es licenciada en Geografía e Historia y Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS, de cuya escuela ha sido profesora de redacción.

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