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Ex empleados de Sintel protestan frente a la sede del PP en Málaga

Los afectados denuncian el incumplimiento del plan de recolocación

Un centenar de ex empleados de Sintel protagonizó ayer una sonora protesta frente a la sede del PP en Málaga para denunciar el incumplimiento del acuerdo, alcanzado en agosto de 2001, por el que Telefónica se comprometió a buscar una salida laboral para la plantilla tras la quiebra de su antigua filial. Las concentraciones se repetirán los martes y jueves en Sevilla, Granada y Málaga.

"No al despido, nunca máis", coreaban los ex trabajadores de Sintel armados de pitos y cacerolas para hacer oír su malestar por el incumplimiento del acuerdo. La ruidosa protesta se mantuvo durante una hora en la calle Salvago, frente a la sede del Partido Popular de Málaga.

Según el portavoz de los afectados, Ramón Hernández, a los ex empleados se les adeuda 11 nóminas más la indemnización. Además, tampoco se han cumplido las recolocaciones comprometidas en el acuerdo. "No hemos recibido ni una sola oferta de empleo", protestó el dirigente. En la comunidad autónoma hay 180 afectados.

El acuerdo entre los sindicatos y Telefónica fue alcanzado el 3 de agosto de 2001 y puso fin a la acampada que los trabajadores mantuvieron durante 187 días en el Paseo de la Castellana de Madrid. Ahora los ex empleados de Sintel vuelven a las movilizaciones porque sostienen que, aparte de levantarse el campamento y tramitarse 470 prejubilaciones, poco más se ha respetado de aquel documento, firmado después de que el Congreso de los Diputados instara por unanimidad al Gobierno a buscar una salida negociada al conflicto.

Los problemas laborales comenzaron en Sintel en 1996, después de que Telefónica vendiera su filial al empresario de Miami Jorge Más Canosa, quien, según los trabajadores, "descapitalizó" la sociedad y la llevó a la quiebra. Por eso, los afectados exigen ahora al Gobierno central que ya que no impidió la desaparición de la empresa, al menos garantice el cumplimiento del acuerdo firmado hace casi dos años.Hernández criticó que el Gobierno "haya solucionado las prejubilaciones", pero no las recolocaciones.

Las octavillas que los manifestantes repartieron durante la protesta resumían el descontento de los ex empleados -cuya media de edad está por encima de los 40 años- por la situación en la que han quedado: "El incumplimiento del acuerdo es una burla al Parlamento que, unánimemente, instó al Gobierno a solucionar el conflicto. Y un engaño a los trabajadores de Sintel. No queremos ser parados. Que nos dejen trabajar".

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De los casi 2.000 trabajadores de Sintel afectados por el cierre en toda España, una cuarta parte -470- se prejubiló, pero la mayoría -1.200- sigue esperando su recolación, como se acordó en agosto de 2001.

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