"Tengo muy claro que las películas son de los directores"
Hace poco más de una semana, Alberto Iglesias (San Sebastián, 1955) recibía el Goya a la Mejor Banda Sonora por Hable con ella, de Pedro Almodóvar. Apenas nadie se sorprendió al escuchar su nombre, porque el compositor, ganador ya de seis goyas, parece camino de monopolizar el premio. Iglesias, quien trabaja ahora en una partitura instrumental, convertirá de nuevo su música en el alma de los próximos filmes de Julio Médem y del director manchego.
Pregunta. ¿Recibir este premio es rutina para usted?
Respuesta. No dejo de sorprenderme. Lo de los premios lo agradezco, pero me parece un poco absurdo. ¿Cómo juzgar qué es mejor? La única vez que fui jurado me pareció complejísimo.
P. ¿Está justificada la polémica suscitada por la gala?
R. No. ¿Por qué no nos vamos a inspirar en lo que ha hecho el arte de todos los siglos?. Lo dijo muy bien Marisa Paredes. El cine tiene mucho que ver con la realidad. Estamos preocupados por lo que va a ocurrir con la guerra contra Irak y creo que no protagonizamos una afrenta contra el Gobierno ni contra TVE. Es un canal público y la gala fue una expresión de la democracia.
P. ¿Los políticos necesitarían más música para tomarse las cosas con medida?
R. Hombre, la música tiene efectos terapéuticos, pero también enloquecedores. Se ha usado para que las gallinas pongan huevos, para quitar el miedo a los soldados... En Vietnam les daban anfetaminas y les ponían a Wagner. Los políticos tienen que ponerse en el lugar del otro.
P. Almodóvar y Médem son sus parejas de hecho. ¿Conocerse facilita el trabajo?
R. Quizá se adelanta algo, pero la necesidad de renovación, de buscar nuevas ideas, también presiona mucho.
P. ¿Se siente limitado por tener que adaptarse a dos formas de hacer cine?
R. Toda la música para cine supone una adaptación de la creatividad. Hay gente que no entiende la composición si no es pensada desde todas las posibilidades. Pero yo tengo muy claro que las películas son de los directores y me siento libre. El elemento fundamental de un filme no es la música, aunque puede convertirse en esencial, sino la historia. Sigo encontrando aliento en el reto de poner la música al servicio de una narración.
P. ¿Pese a la presión del tiempo? Porque usted escribe después de ver la película...
R. Me viene todo por el ritmo, la interpretación de los actores, la atmósfera,... Además, el director sólo sabe cuando termina el montaje para qué necesita la música.
P. ¿Hasta que punto interviene?
R. Cada uno es distinto. Almodóvar, por ejemplo, trabaja a bote pronto. Si una música le toca, inmediatamente le vale, es un poco como su cine, eléctrico. Si no le gusta, lo cambio.
P. ¿Ha escrito alguna vez contra su voluntad?
R. No. Siempre hay cosas que te gustan más o menos, pero a veces descubres que lo que te planteaban era interesante. Son ellos quienes mejor conocen el tono del filme.
P. ¿La música tiene el papel que se merece en el cine español?
R. Va ganando terreno. Muchos cineastas pensaban que la música en el cine no es cine y los presupuestos durante mucho tiempo fueron escasos. Yo descubrí que es una escritura de primera y por eso he rechazado muchas opciones del mundo de los conciertos. En todo caso, los productores y directores le conceden ahora más importancia.
P. ¿Qué parte del presupuesto global de una película se destina a la música?
R. No lo sé, pero rondará el 5%. Los directores siempre encuentran más razones para tener una grúa o un elemento visual que la música.
PERFIL
Alberto Iglesias estudió música en San Sebastián, Barcelona y París, convencido de que iba a dedicarse a escribir para grandes orquestas. Pero su trayectoria cambió de rumbo cuando su hermano José Luis y su primo Calo Berridi le introdujeron en el mundo del cine. En sus inicios, trabajó con Alfonso Ungría e Imanol Uribe. Hoy es 'pareja de hecho' de Julio Médem y Pedro Almodóvar y compone música para Nacho Duato.
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