El novio de la doctora desaparecida reitera en una carta pública su inocencia
Fernando Adalid Penas, de 32 años, principal sospechoso de la desaparición de su novia, Gloria Sanz Silva, y detenido en Amsterdam el pasado martes, remitió dos días antes de su arresto una carta pública al Diario de Tarragona en la que reitera su inocencia. En la carta pide perdón a la familia de su novia por haberse hecho pasar por profesor de inglés durante más de dos años, cuando en realidad ejercía de taxista, y trata de negar pruebas que le incriminan en la desaparición de su novia.
Una de esta pruebas es la existencia de sangre de Gloria en el maletero de su coche, algo que según dice obedece a que la chica se cortó durante un traslado de las pertenencias de él al piso que se había comprado en la Villa Olímpica. La familia no da crédito a la versión de Adalid, al que los propios investigadores califican como un "mentiroso compulsivo".
En la carta publicada ayer por el periódico local, el ahora detenido reitera lo que ya dijo ante el juez holandés: que se marchó a Holanda e intentó entrar en Estados Unidos para buscar a su novia, dado que él está convencido de que Gloria Sanz ha sido secuestrada o se marchó por su propia voluntad.
Adalid agregó que la elección de Amsterdam y de Estados Unidos como países en los que buscar se basa en los lugares a los que a su novia le hubiera gustado viajar. El taxista dijo que en estos países ha contratado detectives privados que le ayudarían en su labor.
En la carta, Adalid asegura no sentirse huido de la justicia, ya que afirma que la policía no le dijo que estuviera localizable tras interrogarle, y comunica que él mismo iba a entregarse cuando acabara su investigación.
Explica que el día anterior a la desaparición de Gloria ambos decidieron, de mutuo acuerdo y con total normalidad, darse un plazo de unas semanas para comprobar sus "verdaderos sentimientos".
Fernando Adalid declarará ante el juzgado número 2 de Tarragona la próxima semana, cuando será extraditado. Las batidas en busca de Gloria Sanz, que desapareció el 18 de enero, ya se han extendido a la provincia de Barcelona.
