Una jugada a varias bandas

Desde hace años las listas electorales de Sevilla se elaboran con el siguiente procedimiento: cuando Pepe [Caballos] se reúne con don José [Caballos]. La candidatura municipal al ayuntamiento de Sevilla, que presentará el PSOE al electorado el próximo 25 de mayo, no ha sido ajena a este criterio, pero a diferencia de otros procesos electorales el nombre propuesto para figurar como número dos de la lista ha encendido algunas luces de advertencia en el resto de las agrupaciones provinciales de Andalucía y, también, en la dirección regional.

Aurora Atoche ocupa el puesto inmediatamente posterior al del candidato a la reelección a la alcaldía de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín, por deseo expreso del portavoz parlamentario y líder -aunque no tiene cargo en la ejecutiva provincial- del PSOE de Sevilla, José Caballos. Atoche es una experimentada política de 55 años curtida en las tareas sociales -la llaman Teresa de Calcuta-, apreciada por sus compañeros, sin enemigos a cara de perro, trabajadora hasta la extenuación, disciplinada como un militar prusiano y con firmes convicciones que, cuando se enfada, expone con la contundencia que sólo tienen los líderes.

"Quiero compatibilizar todos los cargos", afirma la número dos, Aurora Atoche

Pero Aurora Atoche además de ser todo eso, es la máxima representante de la agrupación de Sevilla en la dirección regional donde lleva la secretaría de Política Autonómica -que ocupó cuando Caballos saltó como miembro electo de la ejecutiva-, y es parlamentaria autonómica, donde forma parte de la dirección del grupo y lleva la portavocía de los asuntos de Empleo y Educación.

Atoche "en principio" no quiere abandonar estas responsabilidades y desea "compatibilizarlo todo", pese a que las normas del PSOE dicen que los militantes "no podrán desempeñar simultáneamente más de un cargo institucional de elección directa". Como toda regla, ésta también tiene sus excepciones y la de Atoche será una de ellas.

Las luces se han encendido en el PSOE -aunque los parpadeos se apagarán con el cierre de filas que se impone en toda cita electoral- porque Atoche es una pieza clave del equipo que la vicesecretaria general del PSOE, Mar Moreno, está nucleando en la dirección regional, un equipo con códigos de actuación política muy en sintonía con los que representa José Luis Rodríguez Zapatero y distintos a los de Caballos. Varios dirigentes socialistas consultados ven, por eso, en la inclusión de Atoche una jugada a varias bandas, ya que en la práctica no podrá ocupar el espacio político que le corresponde -ella misma dice que se va a "dedicar en cuerpo y alma" a Sevilla-. "Es un secuestro en toda regla", opina un alto dirigente socialista, "porque aunque no tenga que abandonar nada, de facto es incompatible. Eso abre huecos y da capacidad de movimientos. Es un movimiento estratégico".

Otro cualificado dirigente admite que la inclusión de Atoche -a la que todos pronostican un éxito de antemano en el área social del ayuntamiento- se ha visto en las agrupaciones provinciales del PSOE como un intento de debilitar a Mar Moreno "y lo que van a conseguir es justamente lo contrario", asegura.

La opinión pulsada por este periódico es que Aurora Atoche, que ha expresado su "deseo" de seguir en las listas autonómicas, no se ha atrevido a dar una negativa a Caballos cuando éste le ha propuesto abandonar en la práctica la política regional para entrar en la municipal. También que su nombre surge en contraposición al de Rosamar Prieto, la presidenta del Consejo Económico y Social de Andalucía, una iniciativa que promueve Sánchez Monteseirín y que comenta al Gobierno andaluz y que la dirección de Sevilla echa por tierra alegando un supuesto rechazo de la militancia a Prieto en unas votaciones en las que es necesario sumar cuantos más votos mejor.

El resultado de esta demostración de poder por parte de Caballos ha debilitado el margen de autonomía que se supone tiene todo alcalde para elaborar la lista, precisamente el flanco más débil que, según las encuestas, tiene Alfredo Sánchez Monteseirín. Al candidato se la ha querido despojar de su participación en la toma de decisiones, como la de la salida de la lista del polémico concejal de Tráfico, Blas Ballestero, cuando desde el primer momento compartió las razones de su caída.