Bibliotecas abiertas hasta el amanecer

En Pozuelo de Alarcón, los noctámbulos del estudio han hecho realidad sus sueños: conseguir una biblioteca abierta toda la noche. Pero, ojo, sólo en febrero, junio y septiembre: cuando los exámenes están en puertas. Duras épocas en las que la biblioteca municipal Miguel de Cervantes, situada en plena plaza del Ayuntamiento, abre las 24 horas del día y ofrece a los usuarios dos salas con capacidad para 80 personas.

El éxito es tal que incluso hay lista de espera a altas horas de la madrugada. "Hemos tenido noches de lleno total, con 40 personas esperando en la calle para entrar", asegura Miguel Ángel del Val, el encargado de la biblioteca. El centro recuperará su horario habitual el 11 de febrero, día en el que cerrará, como siempre, a las nueve de la noche.

La media de estudiantes que utiliza el servicio nocturno es de 115 cada día. Suelen permanecer en el centro entre tres y cuatro horas. Durante las primeras jornadas de apertura extraordinaria se produce menos afluencia. "Hasta que se empieza a correr la voz", señala la directora de la biblioteca, María Luz Gómez Recio. El día con más visitas fue el 28 de enero, festividad de santo Tomás de Aquino.

Las razones para utilizar una biblioteca en horario nocturno son variadas. Los hay a los que no les gusta madrugar, como a Valeriano, de 20 años y estudiante de tercero de Cunef. "Yo me acuesto tarde... Además, por la noche hay más ambiente de estudio", dice.

José Luis, que cursa Ingeniería Industrial, opina que lo importante es el ambiente de trabajo. "El que viene a estas horas lo hace para trabajar, no para perder el tiempo", puntualiza. "Y por la noche hay más silencio, para mí es lo ideal".

Hay algunos estudiantes que acuden a la biblioteca a preparar oposiciones fuertes, como Teresa, que aspira a ser juez y estudia más de 12 horas al día desde hace cinco años. "Aquí no hay teléfonos, ni nevera, no te distraes con cosas", explica esta chica. La biblioteca cuenta también con un sistema para evitar que el usuario abandone su puesto de estudio durante más de 15 minutos seguidos. Para ello, el estudiante que sale del recinto deja en la entrada una ficha con el número de asiento que ocupa. El empleado de la biblioteca controla el tiempo que está fuera con un sistema informático. A su regreso, el estudiante recupera la ficha, y con ella, su derecho a entrar de nuevo. Si sobrepasa el tiempo establecido, el estudiante pierde su sitio, que a su regreso ya puede estar ocupado por otra persona.

"Hay reglas, y desde el principio hemos querido imprimir a este servicio una gran seriedad. Por eso somos muy estrictos en el cumplimiento de las normas", señala la directora. El Ayuntamiento de Pozuelo pretende que la biblioteca nocturna cumpla su cometido: ofrecer al estudiante la posibilidad de continuar su estudio por la noche.

No todo son parabienes; también existen quejas. Los vecinos de un bloque construido pared con pared con la biblioteca aseguran que durante estas épocas no pueden dormir.

"En el silencio de la noche es como si tuvieras a los chicos dentro de casa", explica Carmen. La ventana de la habitación donde duerme está encima de la puerta por donde entran y salen los chicos. Por eso Carmen apunta como una posible solución que los estudiantes utilizaran otra puerta. Tampoco entiende por qué tienen que abrir toda la noche. "¿No sería suficiente hasta las doce de la noche?", se pregunta el marido de Carmen, que se levanta a las siete de la mañana para ir a trabajar.

El Ayuntamietno responde que se han tomado medidas. "En cuanto tuvimos constancia de las molestias a los vecinos contratamos un guarda de seguridad", indica la directora de la biblioteca. Sin embargo, según los vecinos, el guarda no ha servido de nada. "Yo lo único que digo es que, si el alcalde viviera aquí, la biblioteca no abriría toda la noche", concluye Carmen.