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A favor de la versión oficial

La salida de Sebastián del servicio de estudios del BBVA cancela un foro de debate económico

Jesús Mota

El director del servicio de estudios del BBVA, Miguel Sebastián, abandona el cargo. Oficialmente es una salida pactada. Aparentemente, el depósito de cerebros del banco vira hacia posiciones menos comprometidas y se aleja del análisis crítico de la situación económica española, en consonancia con los deseos del Gobierno.

El director destituido denunció el 'apagón estadístico', discutió la política del Gobierno y ridiculizó el impacto de las medidas antiinflacionistas

Miguel Sebastián, 45 años, licenciado en Economía por la Universidad Complutense y doctor por la Universidad de Minnesota, mantenía posiciones muy críticas hacia las previsiones económicas del Gobierno y hacia su política económica. Denunció el apagón estadístico decretado por el Ejecutivo; los informes del servicio que dirigía discrepaban abiertamente de las cifras y previsiones de Hacienda y Economía, tanto en lo que se refiere a crecimiento económico como a inflación (y hay que decir que en casi todas las ocasiones los informes críticos del banco acertaron en sus diagnósticos y previsiones); ridiculizó el paquete de medidas antiinflacionistas valorando su impacto en una reducción de "como mucho" una décima; calculó el coste de la primera reforma del IRPF en 750.000 millones anuales, cuando Hacienda reconocía 350.000 millones (al final costó 800.000 millones), y Rodrigo Rato, ministro de Economía, acusó a la gran banca, y en particular al BBVA, de fabricarle al PSOE la reforma del impuesto sobre la renta. Poco tiempo después, Fernando Fernández, director del servicio de estudios de SCH, era destituido.

Por estas y otras razones, Sebastián era economista incómodo para el Gobierno. Emilio Ybarra y Pedro Luis Uriarte, presidente y vicepresidente del banco hasta diciembre de 2001, soportaron con paciencia y cierto malhumor las airadas protestas de altos cargos del Gobierno -de Cristóbal Montoro en varias ocasiones- contra los análisis del servicio de estudios del banco. Tras la marcha de Ybarra y Uriarte, los tiempos cambiaron (a peor) y los análisis económicos de Sebastián y su equipo se recibieron desde el entorno presidencial del banco, controlado por Francisco González, con creciente incomodidad. La cadena de mando intentó, sin éxito, limitar la presencia pública de Sebastián a través de conferencias y artículos que tanto molestaban a Rato y Montoro. Finalmente, los cambios en el equipo de directores generales del banco brindaron la oportunidad esperada para resolver el problema.

La versión oficial es que el departamento de estudios debe dedicarse más a servicios de consumo interno. Más asesoría interna y menos discusión pública. Pero es una versión muy discutible; prácticamente el 95% de sus tareas ya se destinan hoy a consumo interno. Los directivos del banco buscan un perfil bajo para el servicio de estudios que evite la confrontación con el Gobierno, muy sensible a la discrepancia y beligerante con las críticas.

El caso es que, sea por concesión a las presiones del Gobierno o porque mejor convenga a los intereses del negocio bancario, están desapareciendo las fuentes independientes de análisis económico que durante muchos decenios han constituido la red del debate económico en España. El ensimismamiento de los departamentos de estudios de SCH y ahora BBVA reduce la probabilidad de debate público y deja casi todo el campo libre a las versiones oficiales de Rato, Montoro, Álvarez- Cascos o Piqué. Otro reducto de discusión pública queda clausurado.

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