Por qué llegó justo a tiempo el puzle de suricatas
Cliché de la logística: solo camiones y furgonetas llevando productos, almacenes para apilarlos, currantes con mono… Poco espacio para la vanguardia digital o la promesa a una niña en su cumpleaños. Nueva realidad: exactamente lo contrario
Es el prejuicio endosado al sector más desconocido y al mismo tiempo más necesario como sostén del resto. Pero la verdad que desmiente esa imagen sepia, reducida a transporte y almacenamiento, es colorista. Cuanto más avanza en tecnología, más se acerca a su origen etimológico: del latín logisticus, computación o cálculo.
Esa nueva realidad es una empresa como Exotec by Dexter, especialista en automatizar centros logísticos con un 90% de ingenieros y técnicos en plantilla. O como Geever y sus microalmacenes en vehículos estacionados en parkings públicos para repartir paquetes con bici, patín o a pie a menos de 750 metros de cualquier cliente.
Son las compañías de Logistics 4.0 Incubator, la primera incubadora sectorial del país, impulsada por el Consorci de la Zona Franca de Barcelona (CZFB), que desarrollan drones, sistemas de percepción 3D y visión artificial, simuladores virtuales, plataformas de inteligencia artificial (IA), robots que preparan pedidos, modelos de almacenamiento compartido, buzones inteligentes, sistemas de aparcamiento automático, asistentes virtuales a modo de copilotos, automatización de cultivos verticales y hasta un proyecto de transporte subterráneo para el entorno industrial barcelonés, que podría replicarse en otras ciudades europeas.
Carrera de obstáculos
Es el sector que, según Francisco Aranda, presidente de la patronal UNO (Organización Empresarial de Logística y Transporte de España), “al digitalizarse durante la pandemia en seis meses lo planificado para seis años, permitió la vacunación y mantuvo viva la economía”. Capea Filomenas, conflictos en Ucrania y el Mar Rojo, crisis aleatorias como el bloqueo del Canal de Suez o huelgas en puertos de carga, además de ciberataques a los sistemas logísticos.
El oficio se sorprende a sí mismo: Luis Framis, director de Ventas y Marketing en Geever, experto, por tanto, en última milla, le preguntó a su hija pequeña qué quería para su cumpleaños al día siguiente. Vaya, pidió un puzle 3-D de dos suricatas solo disponible en un marketplace internacional. La web prometía entregar a tiempo, pero ¿y si fallaba algún eslabón de la cadena? Preocupado, el padre actualizaba la página cada pocos minutos y veía a los suricatas cruzar destinos y sortear obstáculos hasta el ding-dong en la puerta de casa. “Aunque estoy en el sector, esa experiencia a contrarreloj me hizo reflexionar sobre el ejército de personas trabajando en sincronía, desde el fabricante al repartidor, para que un simple regalo llegue a tiempo”.
Ejército de personas que si alcanza tal nivel de coordinación es gracias al arsenal de tecnologías de automatización y gestión de datos que aceleran la transición digital desde un pasado mecánico. “Está cambiando para siempre la concepción de la industria logística —apunta Blanca Sorigué, directora general del CZFB—. Su adaptación a tecnologías como IA, big data, IoT o blockchain permite automatizar y optimizar procesos, el análisis predictivo, mejorar la trazabilidad y la seguridad, reducir costes, tiempos y emisiones, generar materiales sostenibles y contribuir, decisivamente, a la competitividad del resto de sectores”.
Está cambiando para siempre la concepción de la industria logísticaBlanca Sorigué, directora general del Consorci de la Zona Franca de Barcelona (CZFB)
Esa competencia ya no se da tanto en productos, sino entre cadenas de suministro, precisa César Briones, managing partner y CEO de Exotec by Dexter: “La diferenciación actual se centra mucho más en servicios como disponibilidad de producto, amplitud de catálogo, precio, plazos de entrega, coste de envío y devoluciones”.
Tan capilar como universal
Podría alegarse que esa carrera tecnológica también se libra en otros sectores, pero la naturaleza logística explica las diferencias. Para empezar, es transversal por excelencia, ningún ciudadano, empresa o mercado le son ajenos, lo mismo gestiona el tráfico global de materias primas que entrega a domicilio el puzle de suricatas manufacturado con ellas. Nunca se ha desplegado con un alcance tan capilar ni la malla internacional de rutas y conexiones ha sido tan tupida, con la obligación de planificar alternativas si crisis, conflictos o accidentes vuelven a bloquearlas.
¿Consecuencia de esa diversidad creciente de actividades? La diversidad creciente de modelos de negocio y tecnologías especializadas, desde plataformas de gestión (monitorización de carga y transporte, control de frío, configuración de rutas, coordinación de actores, etc.) a redes de microhubs para asumir el bum de entregas sin añadir congestión de tráfico. Asumen el más difícil todavía: responder a las demandas de consumo (calidad, inmediatez a la par que sostenibilidad y eficiencia energética) y a las normativas de impacto ambiental, social y buena gobernanza.
“Constantemente se reinventa a sí misma”, tercia Jaime Gener, director general de Linde Material Handling Ibérica. “Nunca deja de evolucionar, es dinámica, cada día necesita la resolución creativa de problemas, desde la planificación de rutas eficientes al seguimiento en tiempo real o la automatización de un almacén para una entrega exitosa”.
Cada envío, una unidad
Briones pone un ejemplo de este cúmulo de retos/oportunidades: el despegue del comercio electrónico fuerza el cambio radical desde manejar palés a gestionar la misma cantidad de mercancía pero unidad por unidad, un aumento exponencial de envíos que obliga a las empresas a automatizar los centros de distribución para competir con gigantes como Amazon. “El número de referencias en los almacenes se ha multiplicado de media por tres o cuatro, eso significa mucho más espacio por recorrer y menor productividad. Es necesaria una revolución tecnológica”.
Y humana. No solo por el cambio cultural previo, también porque esa revolución bien gestionada no equivale a desempleo. “Contrariamente a lo que se piensa, no se automatiza para reducir personal, las empresas que más invierten en tecnología son las que más contratan”. ¿Milagro? No, incremento de productividad, gracias en parte a que la automatización deriva a las personas hacia tareas de valor añadido mientras las libera de las pesadas que causan tanta rotación.
Pere Navarro, delegado especial del Estado en el CZFB, destaca precisamente esta capacidad de “generar cada vez más empleos de calidad, avanzados, que además están pegados al territorio y son un motor de actividad alrededor porque la logística no puede deslocalizarse”.
Solo en España, generó 95.000 puestos de trabajo durante 2023, según una consultora inmologística. Con más de un millón en total, es el tercer empleador del país, recuerda UNO, y suma unas 218.000 empresas. Aporta el 10% del PIB nacional y más del 12% del catalán; de hecho, Ignasi Sayol, CEO de Inprous (soluciones de temperatura controlada) y presidente del Clúster Logístico de Catalunya, considera esta contribución uno de los indicadores de desarrollo más fiables en cualquier país avanzado. “Sin logística eficiente no hay industria competitiva”.
El reto tecnológico es humano
Entonces, ¿cuál es su reto prioritario? Desde luego, la enorme inversión tecnológica merece ese primer puesto, por eso Navarro considera imprescindible “la colaboración público-privada-académica para afrontarla y apurar todo su potencial de generar riqueza”. Por ejemplo, con iniciativas como el Logistics 4.0 Incubator o el Salón Internacional de la Logística (SIL), foro global de referencia que organiza el CZFB.
Pero también disputa ese primer puesto del podio el factor humano: “La captación y sobre todo la retención del talento es lo más acuciante”, apunta Víctor Vilas, business development manager de AndSoft (software de gestión). “La escasez de profesionales hace que, incluso con salarios altos, las compañías inviertan en constantes incentivos”. Solo en manos expertas, suficientes en cantidad y calidad, rinde su máximo la tecnología.
La captación y sobre todo la retención del talento es lo más acucianteVíctor Vilas, 'business development manager' de AndSoft
Vilas recuerda que hasta hace no tanto muchos de sus amigos no entendían a qué se dedicaba ni “el valor de esta profesión”. Para que se entienda ese valor, Gener ha tenido que explicar cómo el efecto mariposa de una lejana huelga portuaria termina alterando la vida cotidiana a este lado del mundo. Briones apunta que antes no conocía vocaciones logísticas y él mismo, ingeniero, cayó por casualidad en un oficio que ahora le apasiona.
Y sin embargo el sector del discreto encanto empieza a tenerlo todo para atraer talento. Para Vilas, imparte una lección de economía práctica por su condición transversal. “Enseña cómo piensan los fabricantes, las expectativas de consumidores diferentes, las debilidades y fortalezas de cadenas y mercados, a adaptar y controlar las tecnologías que sirven de bisagra entre todos ellos. Aprendes de verdad cómo funciona el mundo, es emocionante”.
Gremio con propósito social
También ingeniero de formación, Sayol confiesa “la satisfacción profunda de asegurar el flujo de bienes imprescindibles para cualquier proyecto empresarial y sostener la sociedad moderna, especialmente en momentos críticos”. Ese talento joven “que no solo busca trabajo, sino dejar una huella positiva” en la vida, puede crecer personal y profesionalmente al enfrentar retos tecnológicos estimulantes, interdisciplinarios, con una eficiencia creciente en sostenibilidad. “Además te permite interactuar con una amplia gama de culturas y mercados de todo el mundo”.
“El sector necesita personas cualificadas y comprometidas con esta industria esencial —enlaza Cristian Oller, vicepresidente y head of asset management del Sur de Europa en Prologis—. Ofrece un abanico de oportunidades muy diversas, hay cabida para todos y cada vez más oferta de empleo. Y lo más importante, seguirá creciendo”. Lo dice el directivo de una multinacional que necesita talento para gestionar 115 millones de metros cuadrados por donde pasa cada año mercancía equivalente al 2,8% del PIB global. “Seguramente el teléfono, la tableta o las gafas del lector de este artículo hayan pasado por uno de nuestros almacenes”.
Por lo tanto, desarrollar un sistema académico conectado con las necesidades empresariales y sociales reales será vital. Para el sector, y para una España que necesita impulsar sus industrias 4.0 y, según Miranda, “convertirse en un hub logístico global gracias a su posición geoestratégica, a ser la puerta de Latinoamérica en Europa, además de un punto de consolidación de mercancías entre los marketplaces asiáticos, EEUU y el resto del continente americano. Una oportunidad histórica”.
Cita de todo el sector en el SIL
“Es el único punto de encuentro anual de toda la cadena de valor logística y todas sus especialidades, desde transporte y distribución a fabricantes, retailers o servicios industriales. Potencia los negocios compartidos mediante networking, el intercambio de conocimientos y contactos tanto en reuniones como a través de una plataforma específica”, apunta Pere Navarro, delegado especial del Estado en el Consorci de la Zona Franca de Barcelona (CZFB).
Habla de la feria líder en logística, intralogística, transporte y cadena de suministro tanto para el sur de Europa como en la vertiente atlántica: el Salón Internacional de la Logística (SIL), organizado por el CZFB del 5 al 7 de junio en la Fira de la capital catalana. Este año cumple su edición 26.
“Nuestro principal objetivo —apunta Blanca Sorigué, directora general del CZFB— es acelerar la innovación logística. En esta edición mostraremos 150 avances concretos que marcarán el progreso de la industria en los próximos años. Apenas estamos viendo las posibilidades de las nuevas tecnologías, nos queda un largo recorrido y aún ni imaginamos adónde podemos llegar”.
El SIL también se concibe como un escaparate para divulgar “el crucial papel del sector que conecta el mundo”, añade Navarro, para atraer un talento joven “con el éxito de empresas dinámicas, tecnológicas y atractivas” que necesitan profesionales cualificados para seguir siéndolo.
La edición 2024 prevé la participación de 650 empresas de todo el mundo, especialmente de Europa y Latinoamérica, desplegará más de 70 sesiones de debate y unos 320 ponentes nacionales e internacionales para abordar los retos y oportunidades de las tecnologías clave.