Werenfried van Straaten, fundador de Ayuda a la Iglesia Necesitada
Werenfried van Straaten, el fundador y líder de la asociación católica internacional Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN), falleció el viernes pasado en Konigstein (Alemania) a los 90 años de edad. Mimado por la Roma del papa Wojtyla, admirado y venerado por miles de seguidores y conocido como el padre Tocino, Van Straaten era sacerdote de la orden Premonstratense y había nacido el 17 de enero de 1913 en la ciudad holandesa de Mijdrecht.
Ayuda a la Iglesia Necesitada cuenta con el apoyo de unos 700.000 bienhechores en los 17 países en los que está establecida y apoya a los cristianos perseguidos y necesitados en más de 150 países de todo el mundo. Sólo en 2002 recaudó 79 millones de euros en los países desarrollados, que se destinaron a proyectos pastorales (construcción de seminarios, becas para la formación de sacerdotes, literatura espiritual, medios de comunicación de la Iglesia, etcéttera) en 134 países. AIN es la única organización de caridad que depende directamente del Vaticano.
Pero el padre Werenfried van Straaten ya era, antes de fundar AIN, un personaje familiar para millones de belgas y holandeses tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, a raíz de la campaña que lanzó en favor de los refugiados alemanes, pidiendo una ración de tocino en una campaña que le valió el apodo de padre Tocino. "Los hombres son mucho mejores de lo que pensamos", fue el estandarte enarbolado por el monje holandés.
Con ese optimismo, y en respuesta a una petición expresa de Pío XII, que adivinó el drama que se cernía sobre los 14 millones de alemanes desplazados por los acuerdos de Yalta y Postdam, Van Straaten se lanza a pedir a los belgas una loncha de tocino, tomándola de la provisión familiar, para dársela a los refugiados alemanes, "sus enemigos de ayer".
La respuesta fue tan imponente que consiguió llenar con lonchas de tocino varios camiones en las primeras semanas. Logró además que miles de escolares flamencos apadrinaran a los llamados "sacerdotes de la mochila", que recorrían los pueblos atendiendo material y espiritualmente a miles de feligreses. Llegaron a ser 3.000 sacerdotes que, gracias a las iniciativas de Werenfried, pudieron disponer primero de motocicletas y después de pequeños coches suministrados por los estudiantes. El siguiente paso fueron los famosos coches-capilla, que eran auténticas parroquias con ruedas.
Superados los peores años de la posguerra, hacia el año 1954, el fundador de AIN vuelve su mirada hacia las iglesias perseguidas del Este de Europa, especialmente en Hungría y Polonia, entrevistándose con el cardenal Joseph Mindszenty (1892-1975) una vez liberado en Budapest, y también con el cardenal polaco Stefan Wyszynski (1901-1981).
En España la asociación fundada por Werenfried van Straaten lleva desarrollando su trabajo desde hace 30 años y cuenta con una eficacísima red de recogida de fondos, dirigida ahora por José María Sánchez.
Su sede central está en la calle Ferrer del Río, en Madrid, en un local inaugurado hace algo más de un año por el cardenal de Madrid, Antonio María Rouco, en ausencia ya de Van Straaten, que no pudo viajar a causa de su deteriorada salud. Lo había hecho antes en repetidas ocasiones para diversos actos en Madrid, Barcelona, Zaragoza y Bilbao, entre otras ciudades.
En 2001, AIN recaudó en España 4.213.383 euros y sostiene económicamente, además, a 5.500 sacerdotes de los países del Este de Europa mediante donativos de católicos españoles que encargan misas por sus difuntos a curas de esos países, a cambio de que emitan certificados reconociendo haber celebrado cada misa por la intención solicitada. En muchas diócesis españolas la escasez de sacerdotes obliga a que en cada misa de difuntos se recuerde a varios fallecidos.-
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