Los expertos descubren un nuevo 'rembrandt'

La casa museo de Rembrandt en Amsterdam presentó ayer un nuevo autorretrato del maestro holandés fechado en 1634 y atribuido hasta ahora sólo a su taller. Pintada sobre una tabla, la obra sufrió numerosas transformaciones ya en su día, para poder convertir el rostro del artista en la efigie de un varón anónimo de aires rusos. Recuperada tras seis años de cuidadosa restauración, la obra centra la exposición Rembrandt, los autorretratos ocultos, y ha pasado a engrosar la lista de piezas auténticas cuya búsqueda ocupa al proyecto de investigación sobre la atribución de su obra.

A pesar de que se conservan al menos 80 autorretratos suyos -se presume que pudo pintar centenares-, no existe un solo documento que explique por qué el artista de Leiden reprodujo sin cesar su rostro. Ernst van de Wetering, responsable del Proyecto Rembrandt, lo atribuye a las necesidades del mercado artístico del siglo XVII. El pintor conoció el éxito en vida y tenía una colección de autorretratos dispuestos para su venta. Cuando la tela no era comprada, Rembrandt o alguno de sus alumnos la retocaba convirtiéndola en un retrato costumbrista.