Comunidades históricas
Parece que no ha sentado muy bien a ciertos sectores de la intelectualidad seudo progresista, políticos nacionalistas y defensores a ultranza de la ¿libertad? las declaraciones del profesor y presidente del Tribunal Constitucional, señor Jiménez de Parga, cuando ha dicho que en el año 1000 en Andalucía, en Granada, existían fuentes y manantiales mientras que en las tres autonomías "históricas" (Cataluña, Galicia y Euskadi) no se lavaban ni los fines de semana.
Quiero decirle a este grupo de personas que se han sentido molestas algunas puntuaciones:
Lo que afirma el profesor no es ni más ni menos que historia pura y dura, y eso, lo siento, no se puede cambiar. En la Edad Media no eran iguales los hábitos higiénicos en los territorios que hoy ocupan las tres comunidades históricas que los territorios ocupados por Al-Andalus, ni las normas de higiene eran las mismas en el judaísmo y el Islam que en el cristianismo.
La Constitución española, que ahora cumple un cuarto de siglo, reconoce la libertad de expresión (Artículo 16), no queramos ser más papistas que el Papa.
Esas tres comunidades "históricas" lo único que tienen para ser denominadas así es haber redactado un estatuto de autonomía en el gobierno de la República en 1931, pero eso no es marchamo de "histórica", pues en ese caso dónde dejamos a Castilla, a Extremadura, a Andalucía, tierras de descubridores, poetas, escritores, músicos, artistas, teólogos; además, según ha declarado al respecto la Academia de la Historia: "...históricas son todas las comunidades". También dice la Constitución española en su Artículo 138.2: "Las diferencias entre los Estatutos de las distintas Comunidades Autónomas no podrán implicar, en ningún caso, privilegios económicos o sociales".
Ya lo decía Pío Baroja: Los nacionalismos se quitan leyendo y viajando; y los políticos y seudo intelectuales creo que tienen más cosas de qué preocuparse que de un nacionalismo pueblerino: Paro, terrorismo, contaminación, incultura, educación, solidaridad.
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