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Madrid olímpico: la hora de la verdad

Madrid ya es la candidata olímpica española, una más del grupo de ciudades que emprende la carrera que decidirá quién gana el premio de ser sede 2012. Está en la misma situación en que estarán los corredores de élite: en los tacos de salida. Para estar allí ese día, cada corredor habrá recorrido un largo camino de preparación, derroche y facultades físicas, esfuerzo y duros entrenamientos, igual que sus contrincantes. Sólo le queda la nada fácil tarea de ser el primero. Para lo que no basta con ser el mejor.

Su tensión es grande. Ha de correr excepcionalmente bien sin saltarse ninguna de las reglas que podrían descalificarle. Si se escapa en la salida: descalificado, no corre. Si no se mantiene estrictamente en su calle: descalificado, no se acepta su llegada ni se registra su tiempo. Si utilizó en su preparación métodos o sustancias indebidas: descalificado, penalizado; y humillará y avergonzará a quien le apoyó. No hay atajos ni caben trampas. Las reglas son exigentes. Cumplirlas es esencial. Fuera de ellas no cabe el triunfo.

La preparación olímpica es trascendental para la ciudad, para su imagen y para su realidad urbanística y arquitectónica. Moviliza una ingente cantidad de recursos económicos y humanos con la probabilidad de un gran salto cualitativo hacia lo mejor. Nos jugamos mucho. No caben rincones de oscuridad. Todo debe ser modélico y transparente. Desgraciadamente en Madrid no todo parece estar siendo así. Los mecanismos de decisión han sido restringidos, poco conocidos, casi secretos. El debate no ha sido abiertamente público. Las decisiones y sus resultados se van conociendo a toro pasado. Si se quiere que lo mucho que queda por hacer sea cosa de todos y capaz de ilusionar, no debe ser así, debe haber otros modos y otro fondo.

Paradójicamente, los madrileños tenemos más y mejor información, y más accesible, sobre los procesos de diseño, las alternativas y los proyectos que se están barajando para las Torres Gemelas, la zona cero, que sobre los procesos de decisión, transformaciones, alternativas y proyectos olímpicos de Madrid. Paradójicamente, en Madrid pudimos conocer y estudiar con mucha antelación los proyectos alternativos del concurso para el anillo olímpico de Barcelona, o de la remodelación del estadio de Monjuitch, pero nada hemos sabido de la transformación del estadio de la Peineta hasta que, ya decidido todo, se nos presentó la maqueta. Hay más ejemplos. Para asegurar la obtención de lo mejor y la colaboración de los mejores no basta esforzarse en la elección personal o limitada. Hace falta divulgar, atraer a muchos, conseguir que se compita, asegurar participación abierta, comparar, juzgar y seleccionar de manera transparente.

El tiempo es justo, apretado. Hay que andar deprisa pero no hay que atropellarse. Ganar es cuestión de intensidad, tesón y exigente buen hacer. Requiere una organización clara, nítida y convincente. En Madrid no es aún ese el caso. Por ahora las iniciativas y las responsabilidades parecen desparramarse entre una constelación de organismos, instituciones y fundaciones de todo tipo, algunas aún por estrenar. Oficina Olímpica, Fundación Siglo XXI, Fundación Madrid Nuevo Siglo, Empresa Municipal de Suelo, Campo de las Naciones, utilizadas de forma más expeditiva que sensata. La simple suma de partes no hace un todo. Juntar habitaciones no hace una casa.

Hay poco tiempo. Para las cosas que importan siempre hay poco tiempo. La preparación olímpica es un momento especial, pero muchos lo son. En los últimos años en Madrid se ha abusado de "cosas" y "temas" especiales. Se gane o no, la oportunidad es excepcional; y como tal obliga a hacer las cosas excepcionalmente bien y evitar la tentación de utilizar su trascendencia como justificación de métodos especiales, su singularidad como coartada para comportamientos menos reglados o su urgencia como razón para el atajo.

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Al igual que para el atleta en sus tacos de salida, para Madrid es el momento de correr bien y respetar las reglas. No hacerlo es arriesgarse a quedar fuera de la carrera y hacer correr ríos de tinta y de problemas.

Ricardo Aroca. Es vecino de Madrid y decano del Colegio Oficial de Arquitectos. Bernardo Ynzenga. Nacido en Madrid. Es vicedecano del Colegio Oficial de Arquitectos. Fue atleta de base.

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