Un corte en el suministro de gas puso al límite el consumo eléctrico en la pasada ola de frío
Una tormenta en el Mediterráneo impidió la llegada de combustible, según Enagas
En pleno récord de consumo de electricidad, causado por la ola de frío de los pasados días 10, 11 y 12 de este mes, Enagas cortó el suministro a la central eléctrica situada en Sant Adrià de Besòs. Durante las fechas señaladas, no faltó gas en los hogares españoles -casi cinco millones de clientes particulares-, pero sí escaseó el combustible que se utiliza como energía para producir electricidad en las centrales de generación. Enagas, la empresa propietaria de los gasoductos que abastecen a las centrales térmicas, asegura que "una tormenta impidió navegar a los barcos argelinos que transportan gas a España, lo cual originó una escasez esporádica de gas natural que obligó a cortar el suministro a la central de ciclo combinado de Sant Adrià".
La Ley de Hidrocarburos obliga a las suministradoras a mantener una reserva estratégica de gas equivalente al volumen que necesitarían a lo largo de 35 días de suministro ininterrumpido. Enagas reconoce que en las fechas señaladas interrumpió varias veces su servicio, coincidiendo con un importante descenso de las temperaturas. El frío disparó la demanda de electricidad y gas natural hasta máximos históricos porque los ciudadanos pusieron sus calefacciones al máximo.
La central de Sant Adrià envía la electricidad que producer a través de unas redes de alta tensión que surten de energía a las estaciones transformadoras del cinturón de Barcelona. Desde allí, los tendidos de baja y media tensión distribuyen energía al área metropolitana de la capital catalana, que acapara el 70% del consumo eléctrico de Cataluña.
En el momento de las interrupciones, en la central de Sant Adrià "había reservas de gas natural, pero se decidió dosificar su consumo porque no se sabía cuándo podrían entrar en el puerto los barcos para reponer combustible", dice Enagas. Según la empresa, "el puerto de Batthioug, el principal de Argelia, estuvo cerrado dese el 8 de enero hasta el 11 del mismo mes, con la consiguiente afectación del tráfico que parte de él".
Pese a ello, esta anomalía en el tráfico de los buques metaneros a que se refiere Enagas no aparece registrada en los periódicos portuarios El Vigía y Marítimas, que recogen minuciosamente la actividad portuaria. Según los diarios del puerto, casi no se produjeron incidencias adversas durante ese periodo del mes de enero.
La central de Sant Adrià de Besòs consta de dos grupos de generación eléctrica de 400 megavatios cada uno, que pertenecen a Endesa y Gas Natural. Antes de cortar el suministro, Enagas informó a las empresas propietarias.
Pequeñas interrupciones
La central de Sant Adrià tiene un contrato de interrumpibilidad -una normativa que permite cortar el suministro- y Enagas comprobó que ambos grupos podían mantener la producción eléctrica en las horas de interrupción mediante el recurso a combustibles como el fuel o el gasóleo. Enagas subraya que las interrupciones fueron de corta duración y que la medida no afectó al suministro de energía eléctrica.
Enagas añade que, en coordinación con Red Eléctrica de España, interrumpió el suministro a la central en los momentos de menor demanda.
La empresa responsable del transporte del gas ha facilitado los datos del consumo de gas natural del pasado 9 de enero, un día de récord máximo, con 998,68 gigavatios / hora, el 17,3% más que en una jornada normal y el 7% superior al consumo del mismo día en 2002. Pero no ha facilitado la cifra consumida en el fin de semana 11 y 12 de enero ni el del lunes día 13.
España importa el 100% del gas natural que consume. Este consumo se reparte entre casi cinco millones de clientes particulares, un sector numeroso de industrias y comercios y las centrales eléctricas de ciclo combinado, que utilizan el gas como energía primaria.
El 50% del gas importado llega por vía marítima. Es gas licuado que se regasifica en las plantas de Barcelona, Cartagena y Huelva. Otro 40% es el que se recibe a través del gasoducto del Magreb, mientras que el resto, una cantidad mucho menor, de apenas el 10%, llega por el gasoducto europeo, que tiene dos enlaces entre Francia y España, uno de ellos por la zona catalana de los Pirineos y el otro por Navarra.
El gasoducto francés trasporta gas nórdico, que llega a España por tierra y sin problemas climatológicos que afecten al suministro, pero su capacidad es inferior a la del gasoducto del Magreb, en su momento la gran apuesta de la Administración española.
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