Los dueños invisibles de la era digital

Este libro se une a la abundante literatura que existe sobre el tema de la globalización, aunque tiene una particularidad, ya que trata el asunto desde el punto de vista de la importancia e influencia de la sociedad de la información y la tecnología en las nuevas estructuras de poder. Como explica su autora, periodista y escritora especializada en Internet, la tecnología es uno de los componentes más característicos de esta nueva era globalizadora porque, entre otras cosas, permite y acelera la interconexión de los mercados financieros y el intercambio de los flujos monetarios. Es más, "Internet es la herramienta globalizadora de la cultura por excelencia", dice el texto.

El libro está estructurado en tres partes. En la primera, Almiron repasa brevemente la historia de Internet y de sus amos originales, y a continuación, en un ejercicio crítico, desgrana lo que para ella son los "mitos de la globalización", incluido el hecho de que éste no es un fenómeno nuevo ni únicamente económico, y que los ciudadanos no somos más libres gracias a Internet, o al menos no todos.

Y como otro de los mitos consiste en creer que Internet es tan sólo una red de ordenadores interconectados y no controlados por nadie, el resto del libro se dedica a explicar quiénes son los amos de la nueva era digital. En la segunda parte, Almiron habla de los dueños de la Red en el espectro público. Asociaciones internacionales, gobiernos técnicos... Al frente de Internet hay una amalgama de organismos porque, curiosamente, quienes permanecen bastante ajenos a la organización y el control de Internet son los Gobiernos tradicionales. Echelon, la red espía de la agencia estadounidense National Security Agency (NSA), es un ejemplo de la desesperación de los servicios de información por conocer y explotar los secretos que circulan por las redes electrónicas.

Almiron dedica especial atención al peculiar paraíso digital español, donde los internautas realizan manifestaciones callejeras y cierran páginas web para pedir tarifas de acceso más baratas o cambios en la Ley de Internet, que consideran que abre la puerta a la censura administrativa.

La tercera parte de este libro es, probablemente, la más novedosa e interesante porque hace referencia al sector privado, donde están los que ya se conforman como auténticos amos de lo digital. Uno de los mitos más extendidos en los principios de la era.com aseguraba que en Internet nunca podría haber monopolios, porque lo impedía el propio carácter desestructurado de la Red. Almiron plantea, sin embargo, evidentes casos de concentración, como demuestran fusiones como la de AOL y Time Warner, la conservación de poder casi intacta de los ex monopolios telefónicos o las cuotas de mercado de compañías como Cisco, Intel o Microsoft, todas situaciones de dominio en los mercados de los enroutadores, microprocesadores y software, respectivamente.

Este libro se lee y entiende muy bien; una de las características comunes a los libros de Almiron (Cibermillonarios o Negocios 3.0) es la claridad. No hay teorías sorprendentes ni datos novedosos, pero la obra sirve para tomar conciencia de la creciente y silenciosa formación de círculos de poder en la sociedad de la información.