Diáfano gatillazo
A Nicole Kidman -y eso honra a una actriz que se arriesga y busca asuntos de presupuesto pobre, raros y comprometedores- le ha fallado esta vez el instinto, porque el guión de Oscura seducción, que tiene algún pequeño poder de enganche inicial, desemboca pronto en la más absoluta inanidad. Y Kidman se mete en un fregado confuso y completamente insustancial, contradictorio y amañado, al que ni su belleza ni su talento redimen en nada, porque se trata de un bodrio irremediable, un thriller de tan baja capacidad para crear intriga que da pena ver a esta excelente actriz metida en algo tan burdo y estomagante. Sería pasable Oscura seducción si su búsqueda del equívoco se desplegara sobre un buen tejido de comedia. Pero las pocas chispas cómicas que tiene se queman pronto y la cosa se desvía hacia un bronco y pretencioso drama, por lo que esta oscura seducción conduce inapelablemente a un diáfano gatillazo.
OSCURA SEDUCCIÓN
Director: Jez Butteworth. Intérpretes: Nicole Kidman, Ben Chaplin, Vincent Cassel, Mathieu Kassovitz, Kate Lynn Evans, Stephen Mangan. Género: drama. EE UU, 2001. Duración: 93 minutos.
Babelia
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