Barcelona necesita duplicar el presupuesto de atención social

El aumento de las situaciones de pobreza, junto con el envejecimiento y la inmigración, tiene contra las cuerdas a los servicios sociales de Barcelona. En plena precampaña electoral y ante una situación cada día más grave, la concejal de Servicios Sociales, Núria Carrera, hizo ayer un llamamiento desesperado a todas las administraciones, sobre todo a la Generalitat, para conseguir más recursos. Y es que Barcelona necesita 240 millones de euros al año, 133 más de los que gasta en la actualidad, si quiere garantizar los servicios sociales a sus ciudadanos.

Los datos que maneja el Ayuntamiento ponen en evidencia, según sus responsables, una clara marginación de la capital catalana en lo que a servicios sociales se refiere, de lo que culpa al Gobierno de la Generalitat.

En opinión de los responsables municipales, equiparar los servicios sociales de la capital catalana a los del resto de los municipios catalanes pasa por invertir 240 millones de euros cada año, frente a los 107 de que dispone en la actualidad. Lo que no está claro es de dónde tiene que salir este dinero.

La concejal de Servicios Sociales y quinta teniente de alcalde, Núria Carrera, afirmó ayer que la única fórmula posible es la creación del Consorcio de Servicios Sociales, que ya prevé la Carta Municipal de Barcelona de 1998 y que debería implicar a Generalitat y al conjunto de las organizaciones sociales en la prestación de servicios.

De momento este consorcio sigue siendo un proyecto por falta de acuerdo entre las administraciones implicadas, sobre todo porque la Generalitat es reticente a ceder competencias y dinero al Ayuntamiento. El gobierno municipal piensa hacer de esta cuestión un arma electoral y ya ha avanzado que no piensa aceptar ninguna competencia, como la gestión de las residencias geriátricas o los centros de día, si ésta no va acompañada de la correspondiente dotación presupuestaria.

El problema más grave

Carrera eligió la presentación del Libro Blanco de los servicios sociales de Barcelona para encender la luz de alerta sobre lo que se avecina: "La atención a las personas es el problema más grave que afronta Barcelona, necesitamos unos servicios sociales más poderosos".

La quinta teniente de alcalde realizó este llamamiento rodeada de los responsables de las principales organizaciones que colaboran con el Ayuntamiento en la prestación de servicios a ancianos, discapacitados e inmigrantes. Carrera se refirió a estas entidades como "las piezas imprescindibles" para que las administraciones puedan paliar las situaciones de pobreza y desigualdad.

Barcelona optó por este modelo de cooperación con las ONG en la década de los ochenta para mejorar su eficiencia y llegar con más facilidad a quienes necesitan servicios. "Pero la situación ha cambiado mucho", afirmó Carrera, quien recordó que cuando se diseñaron los actuales servicios sociales ni había el actual nivel de envejecimiento ni tantos problemas de pobreza derivados del precio de la vivienda y la inmigración.

Esta nueva situación está siendo paliada con la colaboración de organizaciones sociales que desde hace meses denuncian que están desbordadas por el incremento de las demandas de comida, alojamiento y todo tipo de servicios. Por ello el Libro Blanco aprobado ayer apuesta por un nuevo modelo de prestación de servicios tutelado por la Administración, pero implicando a universidades, colegios profesionales, ONG e incluso empresas privadas.