La empresa catalana GTD venderá su 'software' al 'superjumbo' de Airbus, el mayor del mundo

La fabricación del que será el mayor avión comercial del mundo, el Airbus 380, empieza a tirar de la industria aeronáutica catalana, en pañales y en busca de una segunda oportunidad. El A-380 llevará software de la empresa de ingeniería de sistemas y de software GTD, fundada hace seis años en Barcelona y que ya había ganado relieve en el árido paisaje industrial del espacio que ofrece Cataluña por su incursión en las entrañas informáticas de la base de lanzamiento de los cohetes Ariane en la base espacial de Kourou (Guyana francesa).

El acuerdo tiene un valor económico inicial de 12 millones de euros, pero esta cifra se refiere sólo a las versiones preliminares del software. Cada avión (hay previstos 400) dispone de un software básico, pero cada una de las compañías aéreas que los vayan comprando requerirá su propio acabado, lo que engorda las perspectivas de ingresos. El contrato, que la empresa presidida por Ángel Ramírez confirmó ayer aunque todavía no se ha oficializado, da derecho a GTD a mantener su implicación industrial durante todo este recorrido y durante la vida del modelo, que puede alcanzar dos décadas.

El pacto es a tres bandas: implica a GTD, pero también a la empresa francesa CS y, sobre todo, al líder mundial en electrónica para la aviación, el americano Rockwell Collins.

Como explica Carlos Kinder, consejero delegado de la compañía catalana, el software del A-380, que debe entrar en servicio en 2006 y que supone la gran baza de Airbus para competir con Boeing, se descompone en cinco niveles, según lo crítico que sea. De los dos niveles considerados más críticos se encarga la propia Airbus, aunque GTD no renuncia a irrumpir en ambos. En los tres niveles restantes, Airbus ha decidido subcontratarle a Rockwell Collins el suministro de hardware y software para su avión gigante. Pero la empresa americana se centrará en el hardware, y para el software se ha flanqueado de la francesa CS y de GTD, que el año pasado facturó 27 millones de euros.

El acuerdo tiene peso estratégico para una industria autóctona que necesita tomar posiciones en sectores con futuro. El Ayuntamiento de Barcelona lideró en 2000 la idea de crear el consorcio Barcelona Aeronáutica y del Espacio (BAiE), en el que también están las otras dos administraciones, para promocionar Cataluña en el desarrollo de actividades ligadas a la industria aeroespacial. Esta comunidad sólo aporta el 3% del pastel español, lo que ni siquiera representa 100 millones de euros. La empresa de Reus ASM, que fabricará las herramientas para el timón de cola del A-380, también forma parte de la media docena de grupos catalanes que aspiran a ser proveedores del megajumbo.