Cambio revolucionario en el Banco Central Europeo
El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Wim Duisenberg, presentará hoy por primera vez ante los ministros de Economía y Finanzas (Ecofin) su proyecto de reforma del sistema de voto en el seno la autoridad monetaria europea, de cara a la adhesión a la zona euro de nuevos países fruto de la ampliación de la UE. El sistema que se quiere implantar es "revolucionario", desde el punto de vista de las instituciones europeas, y se asemeja mucho a la rotación en el derecho de voto que se aplica en otros órganos financieros internacionales como la Reserva Federal estadounidense y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Mientras continúa el quebradero de cabeza sobre quién sustituirá a Duisenberg en la presidencia del BCE y desde cuándo, los trabajos para la reforma de su estructura interna están lanzados desde diciembre. El sistema está diseñado para trabajar con 27 países, aunque se irá configurando conforme se vayan incorporando nuevos Estados miembros a la zona euro. La idea es la de establecer al final un sistema de voto en tres grupos de gobernadores de los bancos nacionales, que se encasillarán atendiendo al producto interior bruto (PIB) y al peso de sector financiero del país que represente.
Cada grupo tendrá asignado un número de votos: el primer bloque estará integrado por los gobernadores con más peso, que compartirán cuatro votos; el segundo, por 14, con ocho votos, y el tercero, por ocho países, que dispondrán de tres votos. El derecho a voto se ejercerá de forma rotatoria. Los seis votos que sobran serán utilizados por los seis miembros del comité ejecutivo del BCE, siguiendo el principio "un miembro, un voto". Cada cinco años se actualizará la composición de los grupos siguiendo los dos criterios antes mencionados, de PIB y de activos financieros. En principio, en el primer grupo estaría España con Alemania, Francia, Italia, y Reino Unido si se incorpora al euro.
El BCE ha elaborado esta propuesta en base a los nuevos criterios recogidos en el Tratado de Niza y el objetivo es el de mantener la eficacia de la institución a la hora de tomar decisión en el ámbito de la política monetaria cuando el número de miembros se incremente sustancialmente. "Ningún país se opone a este sistema", indicaron tanto en la Comisión Europea como en el Consejo de Ministros. En todo caso, se trata de una propuesta preliminar y el Ecofin no debe adoptar hoy ninguna decisión.
Pero el calendario aprieta. El BCE debe estar preparado para operar bajo la nueva estructura de voto en mayo de 2004, fecha a partir de la que se materializará la adhesión de diez nuevos países a la UE. "Los Quince deben adoptar pronto una decisión", indicaron fuentes de la Comisión Europea, porque, además, hay que contar el plazo de un año para que la reforma sea ratificada por todos los países.
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