EE UU asegura que Sadam Husein no será perseguido judicialmente si se exilia
Los jefes de los inspectores constatan "ciertos progresos" durante una visita crucial a Bagdad
En un viaje crucial a Bagdad que representa una de las últimas oportunidades para evitar la guerra, uno de los jefes de los inspectores de la ONU constató "algunos progresos" durante sus conversaciones con las autoridades iraquíes en torno a las armas de destrucción masiva. Mientras tanto, Washington evocó de nuevo un posible exilio de Sadam Husein para evitar un conflicto para el que ya han sido movilizados decenas de miles de soldados. El secretario de Estado, Colin Powell, y el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, aseguraron ayer que si el dictador iraquí abandona el país, no será perseguido.
"Seguiremos hablando mañana [por hoy], pero hemos logrado ciertos progresos", señaló Mohamed el Baradei, director del Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA), después de sus conversaciones de desarme con responsables iraquíes. El Baradei y Hans Blix, el jefe de los inspectores de Naciones Unidas, llegaron ayer a Bagdad en una visita que consideran una oportunidad crucial para evitar la guerra.
"No creemos que la guerra sea inevitable", dijo Blix a su llegada a Bagdad para una visita de 24 horas. "Creemos que el proceso de inspecciones es una alternativa pacífica; pero se necesitan inspecciones globales y una cooperación muy activa por parte de Irak", agregó el diplomático sueco en el hotel Rachid de Bagdad. Ni el diplomático sueco ni El Baradei tuvieron que pasar el trago de pisar el retrato en mosaico de George Bush padre que se encuentra en el vestíbulo del hotel: había sido cubierto con una alfombra roja en un gesto de buena voluntad.
Este viaje es la última etapa de una gira que ha llevado a Blix y El Baradei por varias capitales europeas. El próximo día 27 presentarán un informe ante el Consejo de Seguridad de la ONU del que puede depender que el presidente George W. Bush dé la luz verde para el comienzo del ataque, si considera que se ha producido una violación flagrante de la resolución 1.441 de Naciones Unidas. La consejera de Seguridad Nacional de Bush, Condoleezza Rice, reiteró ayer que esta fecha marcaría "el principio de la última fase" de la crisis iraquí.
"La visita tiene lugar en un momento crucial y muy delicado. Existe una gran cantidad de informaciones que deberíamos haber logrado", dijo El Baradei. Los inspectores se reunieron con el asesor de presidencia, Amer al Saadi; el jefe del Departamento de Vigilancia, Husein Amin, además del embajador de Irak ante la ONU, Mohamed Duri. Por la noche fueron recibidos por el vicepresidente iraquí, Taha Yasine Ramadán. "Esperamos lograr mayor cooperación de Bagdad", agregó El Baradei. Ramadán garantizó "todo tipo de apoyo" a los expertos, según la agencia oficial INA.
Los inspectores de la ONU prosiguieron con su trabajo. Ayer registraron domicilios particulares de científicos iraquíes. En uno de ellos descubrieron la semana pasada un informe de 3.000 folios sobre uranio enriquecido.
Rumsfeld y Powell
El viaje de los jefes de los inspectores tampoco frenó la lluvia de declaraciones en torno a la crisis iraquí. En un tono menos belicista de lo habitual, el halcón Donald Rumsfeld, secretario de Defensa de EE UU, dio ayer una salida al dictador iraquí. "Hay una posibilidad. Los Estados vecinos están tratando de evitar un conflicto haciéndole salir del país", dijo el jefe del Pentágono en una entrevista con la cadena Fox News, durante la que aseguró que, en caso de que decidiese exiliarse, no sería juzgado. El secretario de Estado, Colin Powell, se manifestó en el mismo sentido en la cadena ABC: "Si se fuese con su familia, tendríamos un nuevo régimen y la comunidad internacional se enfrentaría a una situación completamente nueva y podríamos evitar la guerra".
Varios medios estadounidenses, como The New York Times o la revista Time, han señalado en los últimos días que países como Egipto, Turquía y Arabia Saudí están trabajando activamente con la posibilidad de buscar un exilio para Sadam, su familia y sus más fieles dirigentes, que sería acompañado de una amnistía.
En una entrevista con el rotativo neoyorquino, el primer ministro turco, Abdulá Gül, confirmó que había tratado el tema esta semana con un responsable saudí. Según el diario turco Hurriyet, Gül ha enviado una carta al presidente George W. Bush en la que le explica los esfuerzos de Turquía -que se resiste a dejar sus bases a EE UU de cara una posible ofensiva- para encontrar una salida pacífica a la crisis. Gül, al igual que varios países europeos, considera necesaria una segunda resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas antes de atacar.
La diferente visión de la crisis entre Europa y EE UU quedó ayer de nuevo en evidencia. El ministro italiano de Exteriores, Franco Frattini, señaló que los inspectores necesitan más tiempo para completar su labor, aunque su país es uno de los miembros de la UE que más alineado ha estado con Washington. El ministro de Exteriores irlandés, Brian Cowen, reiteró ayer la necesidad de que se produzca una segunda resolución.
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