El beneficio de La Caixa cae el 29% por las provisiones en empresas participadas

El grupo La Caixa redujo el año pasado sus beneficios el 29,1% hasta los 683 millones de euros. El descenso de beneficios se vio afectado por la caída de los resultados de su grupo de empresas, los fondos aplicados a sanear el valor de algunas de sus participadas y la amortización de los fondos de comercio. Estos saneamientos tuvieron un impacto negativo de 303 millones de euros en la cuenta de resultados. La entidad utilizó un crédito fiscal de 526 millones procedente de la exteriorización del fondo de pensiones para estos saneamientos. El margen financiero, sin incluir los dividendos, aumentó un 15,6%.

Las cuentas del año pasado reflejan que aunque los resultados de la actividad bancaria mejoraron, los saneamientos de Telefónica y Repsol, donde La Caixa tiene el 3,6% y el 12,5% del capital, respectivamente, lastraron en 341 millones la cuenta de resultados. En el caso de Telefónica, La Caixa ha tenido que cargar en sus cuentas 221 por la provisión de 6.157 millones de euros que la operadora ha realizado tras congelar sus actividades de telefonía móvil de tercera generación en Italia, Alemania, Suiza y Austria. En el caso de Repsol, aplicó un cargo de 120 millones de euros contra resultados como consecuencia de la crisis argentina que ha castigado a la petrolera.

Otros impactos negativos en los resultados del grupo el año pasado fueron la amortización del fondo de comercio (que refleja la diferencia entre el valor en libros y el precio pagado) por las compras de participaciones en Deutsche Bank, Endesa, y la puesta a valor actual de mercado de las participación en la aseguradora belga Fortis y el grupo francés Suez. Pese a que la caída de la Bolsa redujo el valor de las participaciones, las plusvalías del grupo de empresas sumaron 1.525 millones.

En paralero, La Caixa contabilizó un ingreso extraordinario por valor de 526 millones de euros proveniente de un crédito fiscal con la Hacienda pública por haber externalizado el fondo de pensiones de la plantilla que hasta ahora estaba dentro del balance de la entidad.

"Estos impuestos los hemos anticipado durante muchos años al ir dotando el fondo de pensiones año a año. Ahora los hemos recuperado todos de golpe", dijo el presidente. Por esta razón, en la partida de impuestos sobre beneficios, figura un ingreso de 835 millones de euros, que es un crédito fiscal.

La actividad financiera reflejó una mejora del margen de intermediación, excluidos los dividendos, hasta alcanzar 1.856 millones de euros, un 15,6% más. La inversión en créditos aumentó un 18,5% hasta los 65.100 millones de euros y los hipotecarios crecieron un 20,9%. La Caixa captó el año pasado 537.000 nuevos clientes. La entidad destacó que estos resultados se han obtenido "en un entorno de ralentización económica, bajos tipos de interés y aumento de la competencia bancaria". La tasa de morosidad de la entidad se sitúa en el 0,51%, por debajo del 0,59% del año anterior.

Previsiones

Respecto a las previsiones para el próximo ejercicio, Vilarasau no quiso adelantar cifras aunque señaló que "por ahora viene muy bien, no tenemos ningún síntoma de que caiga la petición de créditos".

La expansión de la red de oficinas continuará con otras cien sucursales nuevas, la misma cifra que en 2002. Sin embargo, la entidad habló por primera vez de que "la expansión está llegando a su culminación". La pymes serán uno de sus objetivos para este año "ya que sólo tenemos el 5% de cuota", indicaron.

El director general Isidre Fainé añadió que las hipotecas -dos tercios de sus créditos- continuarán siendo uno de sus productos estrella "por las buenas previsiones de los promotores, que siguen vendiendo sus pisos sobre plano". Fainé ha resaltado el alto número de oficinas que están entrando en beneficios, con lo que de la red, 4.553 sucursales, sólo 741 siguen en pérdidas frente a las mil que había en 2002.