Imanol Arias dice que para trabajar no cambia Suramérica por EE UU
La fama es como el Guadiana, aparece y desaparece. Lo dijo ayer, serenamente, sin afectación, Imanol Arias. En su caso, el río parece a punto de desbordarse por la imparable corriente de la serie televisiva Cuéntame. Corriente que beneficiará a una película que nació pequeña pero que ha crecido conforme fluía a lo largo de 52 festivales de todo el mundo, donde ha llegado a recoger 19 premios, la mayoría de ellos del público. Una casa con vista al mar se estrena hoy en España, con Imanol Arias de protagonista, un campesino que vive en las montañas de Venezuela y tiene que sacar adelante a su hijo y que comparte con él su obsesión por el mar. Una historia "emotiva, que no es de desarrapados, pobreza ni marginación, sino de gente que vive muy lejos de la civilización, sólo recibe información a través de la radio, no está escolarizada y se ha educado de manera oral", comentó ayer el actor en Valencia, antes del preestreno del filme dirigido por el venezolano Alberto Arvelo.
Arias espera que la película siga la estela de producciones suramericanas como Nueve reinas o El hijo de la novia para ganarse un hueco en la cartelera. Se le nota muy cómodo y familiarizado al actor hablando de Suramérica y de su cine, del que no llega mucho a España. De Una casa con vista al mar dice que no tiene elementos de ritmo o acción, sino que se fundamenta en el "sentimiento y emoción", buscando "tocar el corazón". Por eso es universal, resume Arias, quien con cierto tono desafiante afirma que a la hora de trabajar no cambia "Suramérica por Estados Unidos". Por varias razones, y entre ellas la idiomática, cobra especial relevancia. "Hablando un idioma que no manejo emocionalmente se me va todo, lo golfo que soy, la magia y el encanto", aclara.
Tampoco le tira mucho volver a ponerse detrás de la cámara. "No tengo nada que contar como director", asevera, tras incidir en que la realización no es sólo saber dónde poner la cámara, como pensaba él mismo y otros cineastas de su generación, sino "tener una historia" y el espíritu para transmitirla a los actores y al público. Ahora bien, no hay duda de que es un buen actor, añade él mismo mientras mira divertido a los informadores y al productor Miguel Perelló, a quien Arias conoció en la Mostra de València-Cinema del Mediterrani en 1999, al igual que al realizador de Una casa con vista al mar. De la reunión de los tres surgió esta película rodada en Venezuela y coproducida por el país caribeño, Canadá y España (Intercartel).
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.