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La UE estrena una base de datos de inmigrantes indocumentados

La Unión Europea estrena hoy una nueva base de datos informática (Eurodac) para la recogida y almacenamiento automático de huellas dactilares de los demandantes de asilo y de inmigrantes indocumentados que sean interceptados en suelo de un Estado miembro. El objetivo es el de poder identificar con rapidez a los peticionarios para evitar abusos y disponer a la vez de información estadística más fiable sobre los flujos migratorios. Se tomarán las huellas a los mayores de 14 años, y en ningún caso podrán utilizarse los datos con fines policiales.

Las autoridades de inmigración de los países de la UE reciben cada año más de 400.000 demandas de asilo, a los que hay que sumar la entrada de medio millón de indocumentados. La Comisión Europea calcula que hasta un 20% de estas demandas son repetidas, ya que algunos demandantes llegan a cursar las peticiones de asilo en dos, tres y hasta cuatro países diferentes. La dificultad a la hora de detectar a los extranjeros que presentan solicitudes de asilo en otros países obligó a los Quince a lanzar este sistema en 1991, que costará 6,5 millones de euros.

El sistema Eurodac, que hoy entra en funcionamiento, tiene como misión principal controlar mejor las fronteras externas europeas contra la inmigración ilegal y permitirá a la vez hacer un reparto "más solidario" de los inmigrantes entre los distintos países, ya se podrá determinar con mayor facilidad y rapidez el Estado miembro que deberá hacerse cargo del examen de la solicitud de asilo. Uno de los temores es que los países de entrada de inmigrantes, como España, Grecia o Italia, eviten la recogida de datos para que los países de recepción como Alemania o Reino Unido no se los remitan después del cotejo de las huellas.

Gran precisión

Eurodac permitirá en la práctica a cualquier país europeo controlar si un demandante de asilo o un extranjero que se halle ilegalmente en su territorio ha formulado ya una solicitud de asilo en otro Estado miembro. El sistema será capaz de comparar hasta medio millón de huellas dactilares por segundo, con una precisión que supera el 99,9%. Para ello, la base de datos dispondrá de una unidad central gestionada por la Comisión Europea, en la que se almacenará durante 10 años la información biométrica de los demandantes.

En el caso de los inmigrantes detenidos al cruzar ilegalmente las fronteras de la UE, los datos se conservarán dos años. Y si ese inmigrante clandestino es interceptado ya en territorio europeo, Eurodac sólo permite la comparación de sus huellas dactilares con las de la base de datos centralizada para chequear si el individuo ha presentado una solicitud de asilo en otro Estado miembro. Después del cotejo, la información deberá destruirse.

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El sistema ha despertado recelos entre los defensores de los derechos humanos por las pocas garantías que ofrece el sistema en el uso de este tipo de información personal.

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