Experimentos sin gaseosa

"¿Quieres ganar hasta un máximo de 500 euros?". "¿Quieres formar parte de un experimento?". Estos mensajes no se refieren a un engañoso concurso, ni a un anuncio de teletienda. Se pueden encontrar en los paneles de anuncios de las facultades de la Universidad Jaume I de Castellón y, lejos de lo que pueda parecer, son el reclamo que utilizan los profesores de Economía para "reclutar" a quienes ellos denominan "sujetos experimentales". "Apúntate y deja tu teléfono".

Al contrario de lo que sostuviera Eugenio d'Ors, el tan recurrido "los experimentos, con gaseosa", en Castellón se realizan con personas, pero son experimentos económicos. Y es así porque de ninguna otra manera se podría predecir el comportamiento de un mercado que protagonizan seres humanos y tampoco sería posible verificar teorías o redefinir nuevas tesis sobre una economía dirigida por individuos.

Los novatos aparecen, no sin ciertos temores, pese a saber que su colaboración se limita a un juego de ordenador en el que han de contestar a una serie de preguntas. Los profesores huyen de "sujetos profesionalizados" puesto que, de esta manera, los juegos podrían desvirtuarse. Ellos, sus decisiones, su experiencia o aprendizaje computarán en la operación que finalmente se realizará para determinar su "retribución", algo que, experimentalmente, se considera necesario para que la participación sea activa, objetivo que se logra con un incentivo económico.

Desde ayer, la Jaume I cuenta con el primer laboratorio de Economía Experimental que la Unión Europea financia en la Comunidad Valenciana. El Laboratori d'Economia Experimental (LEE) se inauguró gracias a la persistencia y bajo la dirección de los profesores Aurora García Gallego y Nikos Georgantzis. En este caso, apoyados por los vicerrectores de Investigación, Vicente Orts, y de Promoción Científico-Tecnológica, Juan Andrés Bort, y por un buen número de primeros espadas en cuestiones económico-experimentales como el profesor del Instituto de Análisis Económicos de Barcelona, perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Jordi Brandts, o la australiana afincada en Alemania Robin Pope, coautora de trabajos con premios Nobel como Reinhard Selten.

Al margen de lo divertido que puedan parecer los experimentos, estos precisan de una estricta planificación. Primero, para la concreción de la idea, del proyecto, y la consecución de fondos con los que financiar el mismo. A partir de ahora, en la Jaume I la creación de un programa informático específico que recoja exactamente los datos y opciones necesarios para el experimento y las sesiones con los "sujetos experimentales" dispone, eso sí, de un lugar para su realización: el nuevo laboratorio, equipado con una veintena de ordenadores de última gama dispuestos en una especie de cabinas para garantizar la validez de los experimentos. Recogidos los datos, se pasará al análisis de los resultados y a la "teorización" de los mismos.

El próximo juego del nuevo espacio tratará la negociación, un juego de los llamados de "ultimátum" en el que se estudia el intercambio justo y el altruismo en situaciones de negociación.

"Apúntate y deja tu teléfono" porque, quizá, y aún no siendo gaseosa, uno puede convertirse en la base de una nueva y revolucionaria teoría económica o en el ejemplo palpable de cómo funciona el mercado.