Clos asegura que Barcelona puede construir 100.000 viviendas en los próximos 5 años
El alcalde defiende el cambio de tipo de vivienda y exige que el Gobierno prime el alquiler
No ha empezado la campaña electoral, pero ayer el alcalde de Barcelona, Joan Clos, se comprometió a facilitar que en los próximos cinco años se puedan construir entre 65.000 y 100.000 viviendas. La fórmula consiste en revisar el tipo de pisos, buscar la complicidad de los constructores y desarrollar el plan estratégico metropolitano. No obstante, el alcalde insistió en que la solución verdadera ante el problema de la vivienda es incentivar la subvención fiscal al alquiler en la misma medida o más en que se hace con la vivienda de propiedad. "Y eso lo debe hacer el Gobierno", recordó.
El encarecimiento de la vivienda es fruto de una burbuja especulativa porque el dinero se está refugiando en la construcción. "Esa burbuja algún día explotará, pero mientras hay que buscar fórmulas para paliar el problema de acceso a la vivienda; en particular, de la población joven", afirmó ayer Clos.
La vivienda fue una de las cuestiones más destacadas de la conferencia celebrada en el Colegio de Periodistas sobre el balance de la ciudad en 2002 y los proyectos de futuro. Clos insistió en que es imprescindible que haya más pisos de alquiler y más baratos, "y para eso hace falta una auténtica política de promoción del alquiler. De la misma manera, o más, que la recibe la vivienda de propiedad a través de la desgravación fiscal". Se trata de una materia que escapa a las competencias municipales y por ello Clos demandó un cambio de política al Gobierno.
Pero la Administración municipal sí puede tomar otro tipo de medidas. El alcalde se refirió al esfuerzo que viene realizando el consistorio en cuestión de vivienda a través de los pisos de alquiler para jóvenes, las residencias, los pisos asistidos para la tercera edad y las promociones de vivienda de protección.
"En conjunto se han impulsado unos 8.000 durante este mandato (no todos están ya construidos). Pero es insuficiente", reconoció. Y anunció medidas encaminadas a poner en el mercado más pisos. ¿Cómo? Básicamente cambiando el tipo de las viviendas, de modo que sean más pequeñas, y modificando la edificabilidad de los planes especiales, sobre todo en las áreas industriales de la ciudad que permiten más uso residencial. La idea parece especialmente pensada para el distrito de las nuevas tecnologías, el 22@, que ahora ocupa el antaño suelo industrial del Poblenou.
"El Plan General Metropolitano, aprobado en 1976, realizaba una proyección de la población de Barcelona situándola entre 2.250.000 y 2.400.000 habitantes, con una previsión de que la ocupación por vivienda fuera de cuatro personas. Pero ahora la media es de algo más de dos personas por piso. Eso nos obliga a revisar el tipo de vivienda, para lo que se tendrá que revisar el modelo de los planes especiales urbanísticos", dijo. También se requerirán propuestas concretas y la complicidad de los constructores, precisaba un alto cargo del Urbanismo municipal al término de la conferencia.
Basándose en esos cálculos, el alcalde aseguró que se podrá incrementar el parque de viviendas en el 15% , el 10% en promociones nuevas y el 5% restante aumentando la edificación de vivienda en zona industrial. "Muchas actividades económicas ocupan la planta baja, ¿por qué no se pueden construir encima pisos?", se preguntaba el mismo alto cargo municipal.
"En números viene a suponer entre 65.000 y 100.000 viviendas", dijo Clos. Más tarde precisó que el plazo estimado para conseguirlo es cinco años y que requiere una estrategia conjunta del área metropolitana.
Alternativas a la prisión
El alcalde dedicó buena parte de su conferencia a instar al Gobierno central a que no abandone la política de reinserción ni las medidas alternativas a la prisión. Es decir, exactamente todo lo contrario al panorama actual, cuando el Partido Popular se ha propuesto el endurecimiento del cumplimiento de las penas. "Para mejorar la seguridad ciudadana he pedido durante los últimos años que se penalice la reincidencia. Pero esa medida, necesaria, no puede obviar la realidad de un sistema de penas alternativas a la prisión. Y eso requiere una mayor dotación en recursos humanos y materiales de la justicia", dijo.
A renglón seguido recordó que la Carta Municipal desarrolla un modelo de justicia que defiende distintas alternativas para sancionar los delitos más frecuentes. De paso, exigió al Gobierno un cambio de actitud respecto a la Carta Municipal, "porque con un sinfín de subterfugios se niegan a aprobarla e intentan enmascararla en una ley de ciudades. No estamos dispuestos a eso y si hace falta seguiremos luchando por la ley de Barcelona en el próximo mandato o hasta que sea necesario, porque para eso la aprobamos todos", remachó. El 2002 fue un año de consolidación de la bonanza turística para la ciudad, también de incremento de la actividad empresarial, destacó el alcalde. Según Clos, la ciudad tiene que seguir en la primera división europea de ciudades y para ello, dijo, tiene que seguir ampliando su actividad en la nueva economía, en la investigación científica y en el sector servicios. "El futuro de Barcelona no pasa por ser una ciudad temática del turismo", subrayó.
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