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Las 'Reinas Magas' caminan por el Sáhara

Ni Melchor, ni Gaspar, ni Baltasar; Cristina del Valle, Lola Herrera y Gemma Cuervo. Éstas eran algunas de las Reinas Magas que en la mañana de ayer, 6 de enero, sobre la abrasada arena del desierto argelino, repartían juguetes entre los niños saharauis. Era la llegada y destino final de la cabalgata, que el pasado día 3 salía del aeropuerto de Barajas (Madrid), destino a Tinduf, el enclave argelino en torno al cual los saharauis han construido su refugio en el exilio, en el que viven desde 1976, cuando Marruecos, merced a los acuerdos tripartitos de Madrid (noviembre 1975), ocupaba lo que hasta entonces se conocía como Sáhara español, la 53ª provincia de la España predemocrática y preautonómica. Pero no eran sólo ellas tres la únicas Magas: en la cabalgata solidaria estaban también Ángeles Martín, Cristina Marsillach, Mónica Randall, Las Veneno, Beatriz Bergamín, Fernanda Ladrón de Guevara, Natalia Dicenta o Pilar Ordóñez, actrices todas ellas componentes de la Plataforma de Mujeres Artistas contra la Violencia de Género. Y también los cantautores Luis Pastor, Ángel Petisme, Luis Farnox, Materia Prima y las escritoras Lucía Echevarría, Espido Freire o Dulce Chacón. En donde es imposible soñar, la lucha del pueblo saharaui ha construido un sueño. En 27 años han levantado cuatro campamentos con los nombres de las que fueron las cuatro ciudades más importantes del Sáhara español antes de la ocupación marroquí: El Aaiún, Auser, Smara y Dajla (Villa Cisneros en tiempos de España), y otros dos de carácter institucional, El 27 de Febrero y Rabuni. La cabalgata tenía lugar a media mañana en el de El Aaiún, donde la algarabía de los niños saharauis, con sus miradas llenas de misterio y futuro incierto, animaban la espera ansiosa desde primeras horas. Cristina del Valle, fundadora y cabeza visible de la plataforma, se encargó de dar la salida encaramada sobre un elegante camello pardo, enjaezado con sus mejores galas, empuñando la bandera de la RASD en un mano y con la señal de la victoria en la otra. No era más que un acto cargado de simbolismo. Los juguetes han llegado de las donaciones fruto de las campañas que la Plataforma de Mujeres ha venido haciendo en los últimos meses. Poco importaba que a un camión le faltara una rueda, a una muñeca un dedo o a un coche teledirigido el mando a distancia, para un niño saharaui cualquier cosa es el mejor juguete del mundo. Estos niños, que, como sus hermanos mayores y a veces sus padres, han nacido en el exilio y que en sus propios ojos transmiten toda la incertidumbre que se cierne sobre su futuro, eran los protagonistas absolutos entre tanta cara famosa para los españoles.-

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