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Corea del Norte acusa a Estados Unidos de provocar una nueva escalada nuclear

Pyongyang asegura que la decisión de reactivar las centrales fue un acto de autodefensa

Pyongyang se mostró ayer imperturbable a las presiones de EE UU para que ponga fin a su programa nuclear. Choe Jin-su, embajador de Corea del Norte en China, tildó a Washington de agresor y le acusó de estar apuntando a su país con misiles. "Estados Unidos, con su pensamiento de la época de la guerra fría, nos está amenazando con armas nucleares", dijo en Pekín. Choe mostró, sin embargo, la disposición de Corea del Norte a llegar a un acuerdo, aunque rechazó cualquier condición previa. El diplomático norcoreano insistió en que los dos países deben firmar un pacto de no agresión.

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"Si Estados Unidos nos garantiza la seguridad legalmente por medio de un tratado de no agresión, la cuestión nuclear en la península coreana será resuelta fácilmente", aseguró el diplomático. La declaración choca de frente con las exigencias del Gobierno de George W. Bush, que exige la paralización del programa atómico como requisito para sentarse a dialogar.

Choe aseguró que la decisión de reactivar las centrales el mes pasado fue un acto de autodefensa, como consecuencia de la interrupción de los suministros de combustible por parte de EE UU y sus socios, incluidos Japón y Corea del Sur. La Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA), organismo dependiente de la ONU, considera que este movimiento puede ser un paso previo a la producción de plutonio con destino a la fabricación de armas de destrucción masiva.

Washington defiende que la detención de los envíos de combustible se produjo después de que Pyongyang reconociera en octubre que había mantenido activo su programa nuclear, lo que representaba un incumplimiento de los acuerdos alcanzados en 1994 mediante los cuales Corea del Norte recibiría suministros energéticos a cambio de paralizar sus reactores.

"Nos hemos visto forzados a no aplicar" el pacto de 1994. "La situación (del país, inmerso en la penuria energética y económica) es cada vez peor, nos hemos visto forzados a tomar medidas de autodefensa contra esta amenaza a la dignidad nacional y al derecho de existencia", dijo Choe.

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"Mientras por un lado habla de una solución pacífica a la cuestión nuclear, por otro (Washington) rechaza el diálogo", añadió el embajador, quien se mostró dispuesto a volver a conversar con la Agencia Internacional de la Energía Atómica "cuando el tiempo lo permita". Los inspectores de la AIEA han sido expulsados de las centrales norcoreanas.

La escalada verbal, la espiral de acusaciones y el cruce de amenazas entre los dos países han pillado por medio a Corea del Sur, aliado de EE UU contra el Norte desde el inicio de la guerra de Corea en 1950. Seúl, al igual que otros países de la zona como Japón, Rusia y China, defiende una península libre de armas nucleares, y se siente amenazada por las imprevisibles consecuencias que tendría un posible conflicto en la zona.

Y ayer dio un paso mediador. El presidente electo Roh Moo-hyun aseguró por medio de un portavoz que ofrecerá un compromiso a los dos países, que espera ponga fin al enfrentamiento antes de que asuma la presidencia el próximo 25 de febrero. Roh dejó claro que ambos enemigos deberán hacer concesiones.

La posición surcoreana contrasta con el bajo perfil que han mantenido Moscú y Pekín durante el conflicto, una actitud que ha provocado las quejas de Estados Unidos, consciente de las privilegiadas relaciones que mantienen con Pyongyang.

Según la agencia surcoreana Yonhap, una de las propuestas en estudio de Seúl exige que el Gobierno de Kim Jong-il abandone su programa nuclear a cambio de una garantía de seguridad escrita por parte de Washington. Corea del Sur planea presentar su propuesta final los próximos lunes y martes en una reunión en la capital estadounidense en la que también participará Japón. Este encuentro habrá sido precedido por el que tuvieron representantes surcoreanos con las autoridades chinas en Pekín el pasado jueves, o el que se prevé que mantengan este fin de semana en Rusia. Todos ellos son el prólogo del viaje de la visita que realizará a Asia el ayudante del secretario de Estado americano, James Kelly.

El embajador norcoreano en Pekín, durante la rueda de prensa celebrada ayer.
El embajador norcoreano en Pekín, durante la rueda de prensa celebrada ayer.REUTERS

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