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Un remero de oro

Medio siglo después de haber ganado la última medalla olímpica dorada para el deporte argentino, Eduardo Guerrero culminó ayer una travesía a remo de más de 1.500 kilómetros por el Paraná, uno de los principales ríos de su país. "Todavía soy joven", dijo el deportista de 74 años al llegar al puerto de Olivos, situado a las afueras de Buenos Aires, después de remar durante más de dos meses. Además de celebrar que hace medio siglo, junto a su compañero Tranquilo Capozzo, logró la medalla de oro en la competencia de doble par de remos cortos en los Juegos Olímpicos de Helsinski 52, Guerrero realizó la travesía con fines educativos. El deportista había partido el pasado 26 de octubre desde Puerto Iguazú, situado en la provincia de Misiones, en el noreste de Argentina y fronteriza con Brasil y Paraguay. En su embarcación trasladó un museo itinerante creado por él mismo para difundir, principalmente entre los niños, parte de la historia olímpica, educativa, ecológica y turística de Argentina. Además, dijo que su travesía también tuvo por objetivo alertar a los argentinos sobre la creciente contaminación de los ríos del país. En el trayecto, Guerrero fue acompañado por un grupo de remeros pertenecientes a distintos clubes náuticos y recibió asistencia de la Prefectura Naval y la Secretaría de Turismo y Deporte.

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