Un senador demócrata se suma a la pugna por la presidencia de EE UU

Los demócratas estadounidenses, huérfanos de candidato presidencial tras la retirada de Al Gore, tienen desde ayer un aspirante más a la candidatura del partido en las elecciones de 2004: el senador John Edwards, que anunció sus ambiciones presidenciales con un programa dirigido a las clases medias y bajas. Edwards suma su nombre al de otros dos demócratas que ya han formalizado su candidatura; al menos dos o tres más se unirán a la batalla en las próximas semanas.

Senador por Carolina del Norte, Edwards es pobre de familia pero rico de profesión. Su discurso populista compensa la mala reputación que le da haber trabajado 20 años como abogado, una profesión que en EE UU tiene inevitables connotaciones carroñeras.

Es el primer demócrata sureño que lucha por la candidatura en 2004, lo que le otorga una mínima ventaja de partida. Los dos únicos presidentes demócratas de las últimas décadas, Jimmy Carter y Bill Clinton, eran también clásicos políticos del Sur. "Quiero ser un defensor de la gente corriente, de la misma gente por la que he luchado toda mi vida", dijo Edwards, de 49 años.

En 2000 su nombre figuró entre los posibles candidatos a vicepresidente en el cartel electoral de Al Gore, que acabó inclinándose por el senador Joe Lieberman. Es posible que éste presente su candidatura a la presidencia en las próximas semanas. En ese inventario están ya, junto a Edwards, el vehemente Howard Dean, gobernador de Vermont, y el anodino John Kerry, senador de Massachusetts.