China invertirá 36.000 millones para duplicar su capacidad energética
Pekín se compromete a abrir su mercado de carburantes para 2004
El Gobierno chino prevé invertir un mínimo de 36.000 millones de euros en obras de infraestructura para duplicar su capacidad energética, sobre todo eléctrica, en los próximos ocho años. El proyecto hidroeléctrico de la presa de las Tres Gargantas, cuya construcción comienza en este año entrante, es el mayor del plan, pero sólo el primero. Pekín quiere reemplazar sus viejas plantas de producción eléctrica con carbón por otras de gas natural y abrir su mercado de carburantes a la inversión extranjera en dos años.
Las oportunidades que ofrece el mercado energético chino (o las que se cree que ofrecerá) han hecho que grandes empresas extranjeras del sector como ExxonMobil, BP o Shell entren en el capital de una, dos o las tres grandes empresas energéticas estatales, Sinopec, Petrochina (CNPC) y CNOOC. Ha de ser un mercado muy tentador el chino para que las tres grandes petroleras occidentales inviertan miles de millones de dólares en esas empresas a cambio de una participación minoritaria y sin obtener ni una banqueta en el consejo de administración. Tanto ExxonMobil como BP o Shell son bastante reacias e incluso contrarias a poner dinero en una compañía sobre la que no tienen ningún control de la gestión.
Liberalización paulatina
Los expertos del sector coinciden en que la única explicación de esas inversiones es que las tres grandes petroleras quieren tener un pie en China y estar preparadas para la apertura del sector del gas y los carburantes en 2004, según el compromiso asumido por Pekín tras su ingreso en la Organización Mundial de Comercio (OMC) a finales de 2001. Además de abrir el mercado, el Gobierno chino prevé invertir al menos 36.000 millones de euros en la renovación de las infraestructuras para duplicar su capacidad energética en los próximos ocho años.
La mayor parte del presupuesto público se destinará a la construcción de presas hidráulicas. La de Las Tres Gargantas es el proyecto más grande (de China y del mundo) con un presupuesto de más de 22.000 millones de dólares, pero no el único de envergadura para aumentar la generación de energía eléctrica. Las autoridades chinas creen que la potencia instalada de las presas hidráulicas se duplicará en los próximos ocho años, hasta alcanzar los 150.000 megavatios. Esta cifra es tres veces la potencia con la que contará España para 2011. China prevé tener una capacidad total de más de 400.000 megavatios para 2010.
Además de la inversión en energía hidráulica, la más económica que se puede tener, el Gobierno chino pretende reemplazar paulatinamente sus plantas térmicas (las que utilizan carbón) de producción eléctrica por otras de ciclo combinado, para aprovechar el gas natural que el país tiene. Se calcula que China tiene unas reservas de gas natural de 48,3 billones de pies cúbicos.
En el caso de los hidrocarburos, China es el tercer mayor consumidor de crudo del mundo después de EE UU y Japón. A raíz de su espectacular ritmo de crecimiento (entre un 7% y 8% anual), se prevé que para el próximo decenio China supere a Japón como segundo mayor consumidor alcanzando un nivel de demanda de 10,5 millones de barriles diarios, más del doble de lo que consume ahora. Las compañías extranjeras calculan que China necesitará tanta energía para mantener su actual ritmo de crecimiento económico que los 36.000 millones que el Gobierno prevé invertir se quedarán cortos. Los expertos creen que es el momento para los inversores extranjeros de posicionarse para ser parte del proceso de desarrollo del sector energético chino en el próximo decenio.
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