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La inversión crece a pesar de la tensión política

Marruecos recibe el 1.777% más de capital español en el primer semestre y la exportación multiplica por diez las ventas exteriores

Cuando el primer ministro de Marruecos, Driss Jettu, afirmaba la semana pasada que "España está llamada en el futuro a convertirse en el primer socio de Marruecos" expresaba, más que una declaración de buenas intenciones, una realidad impulsada por el dinamismo de los empresarios españoles. Por encima de incomprensiones de gobiernos, tensiones diplomáticas o incidentes puntuales como la ocupación del islote Perejil, el capital español mantiene la firmeza de su apuesta por Marruecos como destino estratégico de sus iniciativas en el exterior.

Los principales destinos del capital español son los mercados de telecomunicaciones, financiero, energía, industria metalúrgica, textil y turismo

Así se lo hará saber a las primeras autoridades magrebíes, incluido el propio rey Mohamed VI, la delegación empresarial de CEOE que, encabezada por José María Cuevas, viajará a Rabat en la segunda quincena de enero y así lo demuestran también las cifras de inversión y comercio bilateral durante este año, que muestran un dinamismo sorprendente, especialmente en el ámbito de la pequeña y la mediana empresa, hasta el punto de que Marruecos ha sido el país del mundo en el que más han crecido las relaciones económicas bilaterales en 2002.

Superados los primeros momentos de incertidumbre derivados de la ruptura de las negociaciones para el acuerdo pesquero y la posterior retirada del embajador marroquí en Madrid, que propiciaron una paralización comercial en el año 2001, los datos provisionales del primer semestre de 2002 muestran un crecimiento espectacular de las inversiones directas españolas, que se elevaron a 17,8 millones de euros en valores brutos, frente a sólo 910.00 euros en los mismos meses de 2001, con un aumento del 1.777%, y que suponen el 98% de toda la inversión en el Magreb en el mismo periodo. En cifras netas, descontando las desinversiones, el saldo es también altamente positivo, con un incremento del 199% respecto a los seis primeros meses del ejercicio precedente, hasta totalizar 2.725 millones de euros. Ni siquiera el episodio militar de Perejil ha frenado el interés del empresariado español que, una vez comprobado que no se ha producido ningún tipo de hostilidad administrativa o entre la población hacia las empresas españolas allí instaladas, esperan, en palabras del presidente del Consejo de Empresarios Hispano-Marroquíes, José Miguel Zaldó, que el Gobierno del nuevo primer ministro, Dris Jettu, "que es un buen amigo de España, normalice cuanto antes la relaciones políticas entre dos países que están obligados a entenderse".

Las pymes, especialmente manufactureras y del sector turístico, han sido las grandes protagonistas de este crecimiento inversor en un periodo de tensiones diplomáticas, superando la "posición intransigente" , en palabras de un empresario del sector de bienes de consumo, adoptada por el Gobierno de Madrid tras la ruptura de la negociación pesquera, y que ha impedido que se registraran operaciones de mayor envergadura.

"Para las empresas pequeñas y medianas todo sigue bien en Marruecos y no hemos notado ningún tipo de hostilidad en la Administración o en la población marroquí", asegura otro empresario del textil. Sin embargo, todos los agentes económicos consultados coinciden en afirmar que algunas grandes empresas, especialmente aquellas que hacen obra pública, como Dragados, Cubiertas o FCC, sí han perdido posiciones en los concursos en favor de sus competidores franceses. Si en algo existe también una coincidencia general es en afirmar que "Francia ha sido el gran beneficiario de la crisis entre España y Marruecos y sus empresas han tomado una posición todavía más privilegiada en el país".

Relevo en la embajada

Estos inconvenientes no han sido obstáculo, sin embargo, para que la empresa Tecmed, filial de la constructora ACS, ganara este mismo año el concurso de recogida de vertidos urbanos en el municipio de Yusufia en Rabat; mientras que la empresa inmobiliaria gallega Fadesa ha iniciado la construcción y promoción de 600 viviendas de protección social, operación que supone la primera fase de un proyecto que incluye también la construcción de un hotel en Casablanca y otro en Marraquech.

La citada intransigencia de José María Aznar, junto a las declaraciones de algunos ministros "que han herido el orgullo del pueblo marroquí", y el cambio de embajador en Rabat, son las tres grandes críticas que el sector empresarial hace al Gobierno español en el conflicto con Marruecos. Especialmente duros son los comentarios de algunos empresarios respecto al nuevo embajador, Rafael Arias Salgado, que relevó, al inicio de la crisis, al actual director del CESID, Jorge Dezcallar. "Al contrario que su antecesor, que dominaba perfectamente el complejo entramado político de Marruecos, Fernando Arias Salgado ha demostrado un escaso conocimiento del escenario marroquí y del papel del Ejército y de los consejeros reales en la toma de decisiones del país", afirman los empresarios, que no dudan en reconocer que "las calenturas de nuestro primer representante diplomático con motivo del viaje de Felipe González, además de otras actuaciones, han podido confundir al Gobierno español y, desde luego, han ofendido al Gobierno marroquí".

En línea con la evolución de la inversión, los intercambios comerciales hispano-marroquíes muestran también un excelente dinamismo, con tasas de crecimiento muy superiores a la media del comercio exterior español. Durante los 10 primeros meses de este año, últimos datos oficiales de la Secretaría de Estado de Comercio, las exportaciones españolas a Marruecos alcanzan un valor de 1.386,7 millones de euros que suponen un aumento del 10,1% con respecto a enero-octubre de 2001. Una subida porcentual que sitúa a Marruecos entre los países con mejor comportamiento en su comercio con España y que contrasta fuertemente con mínima subida del 0,8% que muestra el conjunto de las exportaciones españolas durante ese periodo.

En la misma línea, las importaciones españolas de Marruecos crecen también un 13%, hasta 1.172,2 millones de euros, frente a la caída del 1,1% que los datos de Comercio fijan para el conjunto de las compras españolas. Más significativo aún es comprobar cómo las cifras de julio, mes en el que se produjo el incidente del islote Perejil, muestran un crecimiento interanual de las exportaciones españolas a Marruecos del 21%, hasta 169 millones de euros, lo que supone la mayor tasa de subida mensual durante el año.

Responsables de la Secretaría de Estado de Comercio justifican este fuerte crecimiento de las ventas españolas por el hecho de que Marruecos "es un mercado natural para España por razones de vecindad y complementariedad de sus economías y las exportaciones españolas son el reflejo del tipo de productos que un país de economía emergente necesita". Así, los vehículos y componentes de automoción, combustibles y aceites minerales, maquinaria, material eléctrico, fibras sintéticas o artificiales y manufacturas de hierro y acero son las primeras partidas de los envíos españoles al mercado marroquí. Marruecos es hoy el décimo cliente de España y el primero en África, mientras que el volumen de inversiones españolas acumuladas en los últimos cinco años supera los 240 millones de euros, cifra que sitúa a nuestro país en segunda posición entre los inversores extranjeros después de Francia.

Los principales sectores de destino del capital español son los de telecomunicaciones, financiero, energía, industria metalúrgica, textil, agroalimentario y turismo. En Marruecos están instaladas más de 800 empresas españolas, desde las multinacionales, como Telefónica, Endesa, Repsol o Cepsa, hasta los grandes bancos (BBVA, SCH y Cajamadrid), además de Gas Natural, Aguas de Barcelona, Aceralia, Abengoa, Occidental Hoteles, Sol Meliá y un elevado número de pymes entre las que destacan Fagor, Alsa, Cortefiel, Pulligan y Roca Radiadores.

El contrabando mueve 1.500 millones anuales

Al margen del comercio legal, el contrabando entre Marruecos y las ciudades fronterizas de Ceuta y Melilla tampoco se ha detenido durante el periodo de desencuentros diplomáticos e incluso se ha multiplicado con ocasión de los esporádicos cierres de fronteras, hasta el punto de que las asociaciones de inversores extranjeros en el país norteafricano han solicitado a las autoridades aduaneras de ambos lados de la frontera que adopten medidas para frenar esta actividad ilegal.

Los datos de la Cámara de Comercio Americana en Marruecos, que agrupa a las multinacionales de Estados Unidos con intereses en este país, estiman que el contrabando de Marruecos con Ceuta y Melilla emplea a 45.000 personas y genera un volumen de negocio anual de 1.500 millones de euros, cifra equivalente a la totalidad de las exportaciones españolas al país norteafricano en 2001 y al 55% del comercio bilateral total.

Entre las medidas que estudia Rabat para impedir el contrabando destaca la propuesta de reducir el acceso de ciudadanos marroquíes a las dos ciudades españolas limitando los días y horas de entrada.

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