El padrón de 2002 suma 41.837.894 habitantes, un millón más que el censo
La lentitud municipal y el doble registro de los inmigrantes, posibles causas de la discrepancia
España tiene oficialmente 41.837.894 habitantes. Así lo establece el padrón municipal a 1 de enero de 2002 que ayer aprobó el Gobierno. A lo largo del año pasado la población se incrementó en más de 700.000 personas, sobre todo por la inmigración. Es la mayor subida anual en tres décadas. Sin embargo, entre el recuento del censo de noviembre de 2001 (40,8 millones de residentes) y la nueva cifra de padrón se han perdido un millón de habitantes.
Asturias y Extremadura son las únicas comunidades que pierden población
Un millón de habitantes más, o menos, según mire el padrón o el censo, realizados con dos meses de diferencia. El censo lo efectúa, casa por casa y cada diez años, el Instituto Nacional de Estadística (INE). Es la foto fija de la población y también aporta datos sobre las condiciones de vida. El padrón, que se considera la cifra oficial de población, corre a cargo de los ayuntamientos, bajo la tutela final del INE. De las cifras de este registro depende buena parte de la financiación que reciben los municipios españoles.
"La discrepancia de datos podría deberse más a deficiencias en el censo que a problemas en el padrón", apunta el demógrafo Joaquín Arango, director del Centro de Estudios sobre Migraciones del Instituto Universitario Ortega y Gasset. "Sin embargo, también existen riesgos de sobredimensionamiento y duplicidad en los padrones. Por un lado, algunos ayuntamientos no tramitan las bajas con la misma celeridad que las altas y por otro, existen inmigrantes que se registran en varios municipios porque creen que así será más fácil conseguir permiso de trabajo", añade Arango. De esta manera, el padrón estaría sobredimensionado y el censo se quedaría corto, apunta. Según este experto, la mayor diferencia correspondería al registro de los extranjeros.
"Los inmigrantes tienden a empadronarse porque eso les da derechos como el acceso a la sanidad o a la escolarización. En cambio, pueden ser más recelosos a la hora de censarse", añade Margarita Delgado, demógrafa del Consejo Superior de Investigaciones Científicas.
En el INE son parcos en explicaciones. Reconocen que, aunque el censo ayuda a "depurar" el padrón, los ayuntamientos tienen de plazo para hacer esa limpieza hasta noviembre de 2003. El censo ofrece una cifra de población más baja incluso que el padrón de enero de 2001 (41,1 millones).
Al margen de la divergencia con el censo, el último padrón recoge un aumento de la población en 721.052 personas entre el 1 de enero de 2001 y la misma fecha de 2002. Es el mayor alza anual en las últimas tres décadas, incluso por encima de la registrada en 2000 (617.051 personas).
Este crecimiento se debe a la llegada de extranjeros, ya que la diferencia entre nacimientos (403.859) y defunciones (358.856) sólo arrojó un crecimiento vegetativo de 45.003 personas el año pasado. De ahí que los inmigrantes empadronados en 2001 superarían el medio millón. Según el censo de noviembre, en España hay un millón y medio de extranjeros, la mayoría extracomunitarios (1,2 millones).
"El crecimiento de la inmigración ha sido espectacular en los últimos tres años y cabe pensar que el aumento de 2001 es enorme", considera Joaquín Arango. A su juicio, este fenómeno deja claro el "fracaso absoluto" de los controles sobre la permanencia de extranjeros.
Respecto a la situación demográfica de las comunidades autónomas, el padrón sólo establece pérdidas en dos: Asturias (1.358 personas menos) y Extremadura (331 menos). El Principado padece, desde hace varios años, un descenso sostenido de la población debido a la escasa natalidad (la más baja de España) y al rápido envejecimiento.
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