El Rey pide una sociedad unida para afrontar la catástrofe del 'Prestige'

La catástrofe del Prestige, el petrolero que naufragó el 13 de noviembre ante las costas gallegas con más de 70.000 toneladas de fuel en sus tanques, ocupó un lugar preferente en el discurso de Navidad que el rey Juan Carlos dirigió a los españoles. Ya sus primeras palabras fueron para expresar su afecto a las "numerosas familias, en particular gallegas", que sufren los daños causados por este accidente. Y a continuación lanzó un mensaje de unidad: "Que todos unidos seamos capaces de poner fin cuanto antes a esta calamidad". El desastre de este barco, advirtió, "nos enseña que el medio ambiente debe ser una de nuestras principales preocupaciones".

La ruina económica y ecológica en que ha sumido a Galicia el espeso y venenoso cumbustible derramado por el Prestige ha sido motivo de especial preocupación por parte de la familia real desde los primeros días de la catástrofe, hace ya más de 40 días. Tanto el Rey como el príncipe de Asturias visitaron las localidades afectadas para ver de cerca los estragos del chapapote. En el discurso navideño del Monarca no faltó el reconocimiento a los que sufren las consecuencias de la marea negra y a los miles de jóvenes solidarios que están acudiendo en su ayuda. Y junto a ello hizo una directa apelación a la unidad y a la cooperación para hacer del medio ambiente "un legado único e irrepetible que tenemos la obligación de transmitir a las generaciones futuras". También se refirió al alto grado de convivencia que existe gracias a la Constitución. "La Carta Magna ha aportado un modelo equilibrado de convivencia, y su virtud principal ha sido vertebrar a España como nación plural integradora de su rica diversidad y garantizar los derechos y libertades de todos por igual".

Este mismo marco constitucional es el que también legitima a la sociedad, dijo, "para combatir toda actividad terrorista, contando con los medios que proporciona el Estado de derecho".