Adjudicada a un consorcio de 12 empresas la construcción del canal Segarra-Garrigues
La Generalitat aporta 1.102 millones de euros a la obra y la Administración central, 360
La construcción del canal Segarra-Garrigues, la obra hidráulica más importante de las que acometerán el Gobierno central y la Generalitat en Cataluña en los próximos años, ha pasado de la fase virtual a la real tras una espera que ha durado varias décadas. La Generalitat prevé construir el canal en nueve años y regar las primeras fincas situadas en la parte alta dentro de dos años. El Consejo de Administración de la empresa pública Regs Sistema Segarra-Garrigues (Regsega) adjudicó ayer la parte de infraestructura que corresponde a la Administración catalana a un grupo formado por 12 de las constructoras más importantes que operan en Cataluña por un importe de 1.102 millones de euros.
El concurso, conocido por su volumen e importancia como el contrato del siglo, ha sido adjudicado al grupo empresarial integrado por las sociedades FCC Construcción, Copisa, Constructora Calaf, M&J Grúas, Copcisa, Benito Arnó, Aqualia Gestión Integral del Agua, Romero Polo, Áridos Roma, Sau, Sorea y Acsa-Agbar.
El consejero de Agricultura, Josep Grau, explicó ayer que la adjudicación responde a criterios "técnicos, económicos y jurídicos" e incluye las obras de concentración parcelaria y la ejecución, explotación y mantenimiento de la red de distribución del canal por un periodo de 30 años. Regsega ha desestimado la oferta presentada por otro grupo encabezado por Dragados Obras y Proyectos.
La Generalitat, impulsora de este proyecto faraónico, prevé iniciar las obras el próximo mes de mayo y tenerlas acabadas en nueve años. Si se cumple el calendario previsto, en 2004 podrían regarse ya las primeras fincas del municipio de Ponts (Noguera), en la cabecera del canal, y alrededor de 35.000 hectáreas en 2008.
15.000 beneficiarios
Grau manifestó ayer que el canal Segarra-Garrigues ha sido desde siempre una obra prioritaria para la Generalitat y que ahora, una vez adjudicado, "ha entrado en un proceso irreversible". El Gobierno catalán, en contra de lo que es habitual en proyectos de esta envergadura, ha adjudicado toda la obra de una sola vez, por lo que estará en condiciones de poner en servicio los diferentes tramos a medida que avancen los trabajos en cada uno de ellos.
El Segarra-Garrigues transformará en regadío 70.150 hectáreas de secano de seis comarcas de la plana de Lleida y beneficiará a 15.000 agricultores de 70 municipios, pertenecientes a las comarcas de Noguera, Les Garrigues, Urgell, Segarra, Pla d'Urgell y Segrià. La superficie que estaba previsto regar en un principio se ha visto recortada en 5.800 hectáreas en cumplimiento de una directiva comunitaria sobre protección de aves esteparias en peligro de extinción. La Generalitat compensará económicamente a los agricultores afectados por esta medida.
El presupuesto total de las obras del canal de Segarra-Garrigues supera los 1.462 millones de euros, de los que 360 serán aportados por la Administración central. La obra será financiada conjuntamente por el Gobierno central y la Generalitat y pagada en parte por los regantes. El Ejecutivo central construirá el canal principal, de 85,4 kilómetros, y el pantano de L'Albagés, de 80 hectómetros cúbicos, mientras que a la Generalitat le corresponde elaborar los proyectos y estudios de impacto ambiental de las concentraciones parcelarias y de la red secundaria de riegos, con 3.500 kilómetros de conducciones, 43 depósitos de regulación y 17 estaciones de bombeo.
El canal tendrá la toma de abastecimiento en la presa del pantano de Rialb y su trazado finalizará en el futuro embalse de L'Albagés. Grau destacó la importancia de este canal para la agricultura de Lleida porque, además de transformar en regadío más de 70.000 hectáreas de secano, aumentará la rentabilidad de las cosechas, permitirá la introducción de cultivos alternativos, la creación de nuevas industrias agroalimentarias y desarrollará el coperativismo.
De acuerdo con un estudio agronómico, en la zona podrán introducirse nuevos cultivos como olivos, almendros, cereales, forrajes, frutales, viñedos y hortalizas.
Incremento presupuestario en un proyecto reivindicado
El canal de Segarra-Garrigues será la infraestructura de riego más importe y compleja que se realiza en Cataluña después del canal de Urgell, construido a finales del siglo XIX. Desde 1959, la primera vez que se puso sobre la mesa el proyecto más reivindicado por los agricultores de Lleida y más veces prometido por los políticos de turno, se han producido momentos de incertidumbre que a más de un regante le hicieron pensar que nunca vería llegar el agua a sus tierras.Después de varios intentos fallidos y de superar numerosos incumplimientos y dificultades técnicas, el proyecto pudo desencallarse a finales de 1999, cuando el Gobierno central y la Generalitat firmaron un protocolo institucional para la construcción del canal en un tiempo récord de seis años. Desde entonces ya han pasado tres años y las obras justo acaban de empezar con la conexión al pantano de Rialb y la adjudicación de la red secundaria. La diferencia es que esta vez las cosas parecen ir más en serio, aunque a nadie se le escapa que el proyecto volverá a ser utilizado por los partidos políticos como caramelo en las futuras campañas electorales. El Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC) denunció hace unos meses que la demora en la adjudicación de las obras del canal ha causado un "desmesurado e injustificado" desfase presupuestario, que en tres años ha pasado de 985,6 a 1.544,6 millones de euros. Este aumento perjudica a los regantes, que tendrán que pagar aproximadamente la tercera parte de las obras, lo cual les supondrá un desembolso de más de 6.000 euros por hectárea. Esta cantidad es, en opinión del consejero Grau, el equivalente "al importe de un café diario".
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