Los 'hiper', contra los 'super'
Posiciones enfrentadas ante una mayor liberalización del comercio
Hipermercados y supermercados están protagonizando un fuerte enfrentamiento de cara a la opinión pública ante la posibilidad de que la Administración, en la lucha contra la inflación, adopte medidas liberalizadoras en el sector de la distribución.
Ambos modelos coinciden en su política de pagos aplazados al proveedor, pero su gran expansión no ha supuesto bajar precios
De 1996 a 2002, la cuota de mercado de los 'súper' creció del 46% al 59%, mientras que los 'híper' bajaban del 33% al 28%
El incremento interanual del IPC del 4% el pasado mes de octubre disparó las alarmas del Ministerio de Economía. La subida en ese periodo -un 5,1 % en los productos agroalimentarios- supuso una llamada de atención sobre el comportamiento de los márgenes de intermediación en ese mercado. El vicepresidente económico del Gobierno, Rodrigo Rato, salió al paso de esos malos resultados señalando la decisión del Gobierno de aprobar medidas encaminadas a estabilizar los precios al consumo. Entre otras actuaciones, anunció la posibilidad de ampliar horarios comerciales y agilizar la implantación de las grandes superficies que hayan solicitado licencia.
Los supermercados, representados por la patronal Asedas, rechazan cualquier avance en esa dirección. En opinión de su director general, Andoni Monforte, esas medidas no van a suponer ningún efecto sobre el comportamiento de los márgenes comerciales, ya que, señala, España es ya uno de los países comunitarios donde existe una mayor liberalización en la distribución. Según los datos manejados por el sector, España es además uno de los países donde tiene un menor desarrollo el modelo de los super y, sin embargo, es el tercer país con mayor presencia de los hiper, solamente por detrás de Francia, Reino Unido y Portugal. Para Asedas, el malestar de los hiper respecto a la situación actual sería sólo consecuencia de haber bajado su participación en el mercado del 33% en 1996 al 28% en 2002 frente a la cuota de los supermercados pequeños y medianos, que en el mismo periodo pasó del 35% al 41% porque el consumidor prefiere un establecimiento cercano.
Por su parte, desde Anged se apoyan nuevas medidas liberalizadoras, aunque no se vislumbran muchas posibilidades para su aplicación. Frente a la rápida expansión de los hiper en España en los años setenta y ochenta, desde la aprobación de la Ley de Comercio en 1996 se ha producido una desaceleración de su implantación, consecuencia de la exigencia de una segunda licencia . Anged denuncia que, en en algunos casos, la concesión de una licencia supone una espera de seis años y que tienen paralizados medio centenar de proyectos con una inversión de unos 2.700 millones de euros. La gran distribución se queja de que, por el contrario, no haya ninguna traba para la apertura de supermercados, a pesar de que en determinadas zonas algunos grupos tienen una posición de monopolio total con posibilidad para fijar precios sin competencia.
A varios meses de elecciones autonómicas y municipales, no se vislumbra la posibilidad de que se lleve a cabo una modificación generalizada de la normativa actual en esa materia. Para los hipermercados, la libertad de horarios y más aperturas en festivos, sería una forma para asfixiar a los super y ganar un espacio en días y horas para recuperar ventas.
Unas estrategias muy similares
En Asedas, la patronal de los supermercados, se agrupan grupos como Mercadona, Caprabo, Ahold. En Anged están los grandes grupos de hipermercados y la gran distribución como Eroski, Carrefour, Alcampo, El Corte Inglés, Ikea y C&A. que acaban de crear otra asociación de super, Aces, con sus propias enseñas como Dia o Sabeco
Aunque se trata de modelos diferentes de establecimientos, la realidad es que los dos tienen una misma estrategia. En ambos casos, su crecimiento no se ha hecho a base de jugar a hermanitas de la caridad, sino a mantener una elevada rentabilidad a costa de los proveedores y a operar en parte casi como entidades financieras. Hiper y super coinciden en sus estrategias de pagos aplazados frente los proveedores, política que ha servido en las últimas décadas para apoyar su expansión. Sin embargo, los datos oficiales no han demostrado que esta política haya propiciado rebaja de los precios al consumidor
En ambos segmentos, su evolución ha provocado la constitución de grandes grupos casi monopolísticos en algunas zonas con efectos siempre negativos para las tiendas tradicionales que entre 1996 y 2002 cayeron un 40%.
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