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EL ENREDO
Columna
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'Váyase, señor Wyoming'

Siempre me he preguntado qué suerte de pacto nacional permitió que la televisión pública británica emitiera durante más de una década Spitting Images. Seguro que no sólo es una cuestión de leyes o estatutos. Aquí aplicamos los estatutos de la BBC y nos sale de director general de RTVE Alejandro Agag. ¿Es posible imaginar en la televisión pública una parodia política en la que el presidente del Gobierno fuera vecino de Hitler, secretamente superviviente de la II Guerra Mundial? ¿Es posible imaginar en RTVE una cordial conversación entre el presidente del Gobierno y Hitler sobre la conflictividad laboral? "Puede usted gasear a los trabajadores", decía Hitler a Margaret Thatcher. "Ah, usted sí es un hombre, y no eso que tengo en casa", respondía la Thatcher señalando a su marido. En las reuniones de Gobierno, la Thatcher azotaba a sus ministros; a otros los tenía enjaulados. El mejor amigo de la Thatcher era el presidente de EE UU, Ronald Reagan, a quien todas las mañanas despertaban sirviéndole unas tostadas, un zumo y un cerebrito del tamaño de una uña (el suyo). Todo esto se emitía en la BBC los sábados por la noche. Impensable algo así en las televisiones públicas en España, y desde hoy menos pensable en la televisión privada. Acaba CQC, antes cayó El Informal, antes cayó La Parodia Nacional y... ¡anda, qué casualidad! Berlusconi acaba de comprar Telecinco.

Para Aznar ha sido 2002 un annus horribilis, y para Trillo, un annus ridículus hasta partirsis de risus

Se fue Zapatero dos días a Galicia y Jesús Caldera montó en las Cortes un pollo al chilindrón. Qué talento tiene Caldera. Parecía difícil sacar al Gobierno del apuro del Prestige, pero Caldera lo ha conseguido con un documento "resumido". Así son los eufemismos políticos. Las mentiras son verdades imaginativas, y las milongas son resúmenes. El Gobierno pide la dimisión de Caldera por falsear documentos, y la pide con el estilo cruel marca de la casa. Hicieron en el Parlamento un homenaje a Caldera, le dedicaron el mismo espectáculo, tipo Fura dels Baus, que hicieron en su día para Borrell, Serra, y González. Sólo les faltó tirarle a Caldera una cabeza de cochinillo. Otro problema para el humor político: "Ante el desastre ecológico, el Gobierno exige la dimisión de la oposición". Ahora resulta que eso ya no es chiste, es la realidad.

Se quejaba Rajoy: "En el 11-S, en EE UU toda la oposición se puso detrás del Gobierno". Rajoy pasa por alto que, para que la oposición se ponga detrás, es condición inexcusable que el Gobierno se ponga delante. También olvida que en EE UU se ha abierto una investigación sobre el atentado a las torres gemelas. "De acuerdo, hagamos una comisión de investigación sobre las torres gemelas", diría Rajoy. Que dimita la oposición, dicen. Qué arte tienen. Si yo fuera Cascos, me iría de caza otra vez.

Para Aznar ha sido 2002 un annus horribilis, y para Federico Trillo ha sido un annus ridículus hasta partirsis de risus. Lo de Trillo ha sido de chiste de Eugenio: "¿El saben aquel que capturaba un barco pirata y tenía que devolverlo?" O de Gila: "¿Es el enemigo? Que si podemos ir esta noche a devolverle los misiles" Y dicen que no hay mercado para el humor político en televisión... A ver si Telecinco sustituye al Wyoming y a Juanjo de la Iglesia por Federico Trillo y Jesús Caldera.

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