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Londres rechaza las ideas del eje París-Berlín sobre la política exterior y de defensa de la UE

El Reino Unido se niega a perder soberanía en la toma de decisiones diplomáticas y militares

Carlos Yárnoz

Londres decidió ayer plantar cara al reactivado eje París-Berlín y eligió para hacerlo los temas más sensibles para los británicos: el futuro de las políticas exterior y de defensa de la UE. Peter Hain, el ministro que representa al Gobierno del Reino Unido en la Convención, intervino ayer tres veces para decir exactamente lo contrario que los ministros de Exteriores alemán y francés, Joschka Fischer y Dominique de Villepin. Hain rechazó la existencia de un ministro de Exteriores de la UE, la creación de embajadas europeas únicas y la formación de una eurozona de defensa. "Hablamos de nuestra soberanía", advirtió.

La Convención celebró la más importante de las sesiones hasta ahora. En política exterior, el documento a discutir había sido redactado por el belga Jean-Luc Dehaene, vicepresidente de la Convención, quien recogió las posiciones mayoritarias: unir en un solo cargo Míster Pesc y el comisario de Exteriores para convertirlo en ministro de Exteriores de la Unión; crear una escuela diplomática europea y representaciones comunes en el exterior y en organismos internacionales; tomar decisiones por mayoría en política exterior.

"Defensa mutua"

En defensa, el documento-síntesis redactado por el comisario francés Michel Barnier recoge en buena parte las ideas planteadas por Francia y Alemania: creación de una eurozona de defensa con los países que deseen sumarse, suscribir una "cláusula de solidaridad" entre los Estados o incluso una "cláusula de defensa mutua"; usar los medios militares de la UE no sólo para misiones de paz sino también frente a amenazas y grupos terroristas y crear una agencia europea de armamento.

Una gran mayoría de los oradores apoyó ambos documentos. Algunos, como los nórdicos, rechazaron "el intento de militarizar la UE", pero otros, como los socialistas españoles José Borrell y Carlos Carnero, se quejaron de que los informes no fueran más lejos. Les contestó Hain: "Si para ustedes es poco, para nosotros supone el límite de nuestras pretensiones". "Sólo unos pocos países europeos envían soldados . Ésa es la realidad. Y esos países tendrán algo que decir...", añadió al proponer que las decisiones de defensa sigan adoptándose por unanimidad, con derecho a veto. "No queremos mayorías cualificadas en defensa; sólo los Gobiernos pueden comprometer a los soldados, sus vidas, y a los soldados los mandan los Gobiernos".

Hain también advirtió de que no pueden "duplicarse" esfuerzos en la OTAN y en la UE; que es "inútil" que las delegaciones de la Comisión Europea en el exterior se conviertan en embajadas de la Unión, absurdo que Europa renuncie en los foros internacionales a tener representantes nacionales sustituyéndolos por uno solo e ilógico que se cree un "ministro de Asuntos Exteriores de la Unión", salvo que dependa de un presidente permanente del Consejo, es decir, de los Gobiernos.

El francés De Villepin fue el negativo de esa fotografía: "Queremos un auténtico ministro de Exteriores de la UE que presida el Consejo de Exteriores"; "la política exterior y de seguridad debe tener una financiación común, incluso en operaciones militares de gestión de crisis"; "la cláusula de seguridad es positiva y no debe limitarse sólo a amenazas de entidades no estatales". A última hora del debate se incorporó, procedente de Berlín, el ministro alemán Fischer. Repitió las mismas tesis que De Villepin, felicitó a los autores de los informes "por su excelente trabajo" y defendió que la UE emplee "todos los instrumentos que tiene para defender a los ciudadanos frente al terrorismo y las armas de destrucción masiva". "O mayoría cualificada o insignificancia", llegó a decir cuando rechazó el derecho al veto, salvo en los casos de desarrollo de armamentos.

Como representante del Gobierno español, Alfonso Dastis tuvo una intervención con una de cal y otra de arena. Contra la mayoría, defendió que los cargos de Míster Pesc y de comisario de Exteriores se mantengan separados, como ahora, para evitar "complejidades institucionales", pero fue más lejos que la mayoría al defender no una cláusula de solidaridad, sino una "de defensa mutua" como la incluida en el tratado de la Unión Europea Occidental (UEO).

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Sobre la firma

Carlos Yárnoz
Llegó a EL PAÍS en 1983 y ha sido jefe de Política, subdirector, corresponsal en Bruselas y París y Defensor del lector entre 2019 y 2023. El periodismo y Europa son sus prioridades. Como es periodista, siempre ha defendido a los lectores.

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