Pequeñez
Una pregunta que me asalta con creciente insistencia estas últimas semanas es: ¿nos merecemos de verdad los españoles este Gobierno? No sé qué negros pecados habremos cometido para tener que expiarlos soportando el castigo inclemente de estos señores que, con su presidente a la cabeza, nos agobian a diario con su exhibición de incompetencia, de mezquindad o de intolerable soberbia.
El PP es parte esencial de esta democracia nuestra que va madurando lentamente, y me parecería inconcebible a estas alturas que entre la mayoría de sus votantes y simpatizantes no se haya producido una preocupante alarma ante la poca categoría, humana y política, de los más altos representantes del partido de sus preferencias.
No sé cómo juzgará la historia el paso del señor Aznar por nuestra política, aunque no creo que se le dediquen muchos renglones. Tampoco sé cuál es la estatura del señor Aznar. Lo que sí sé ya es que el señor Aznar es un hombre pequeño. Muy pequeño.