Bitas, escotillas y respiraderos
Las inmersiones del batiscafo Nautile del 1 al 9 de diciembre pasado descubrieron fugas de fuel, a razón de 125 toneladas diarias, a través de 14 grietas, nueve de ellas localizadas en proa (de ellas dos en bitas y otras dos en escotillas) y cinco en popa (una de ellas por los respiraderos de la cámara de bombas), según explica el informe del comité científico designado por el Gobierno para estudiar este caso.
El hundimiento del Prestige, a 131 millas del cabo de Finisterre, causó la destrucción de dos tanques laterales (vacíos de fuel) y el tanque central, por donde se rompió el buque. El tanque lateral estribor de popa perdió parte de su estructura, vaciándose por completo del combustible que cargaba.
La proa reposa en una zona llana del fondo del mar, a 3.820 metros de profundidad. La popa está un poco más alta, a 3.545 metros de profundidad y asentada en la base del talud del banco de Galicia, con una pendiente del 30% aproximadamente, "aparentemente retenida por un afloramiento rocoso que tiene aspecto de arenisca compacta".
En función de las imágenes obtenidas "y su posterior digitalización", los científicos han calculado que de la proa salen todavía 80 toneladas de fuel al día y de la popa unas 40 toneladas.
El fuel fluye a una temperatura de 10 grados centígrados mientras que a esa profundidad la temperatura del agua es de 2,6 grados.
El Nautile taponó hace unos días una de las grietas y esperó a ver qué pasaba. Tras unos días de inspección, de la grieta no sale fuel. El Gobierno, ante este primer éxito, optó por encargar a la empresa del batisfafo que tapone las 13 grietas restantes.
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