La ex presidenta serbia de Bosnia admite que ordenó la limpieza étnica
Madeleine Albright testificará hoy en el juicio a Biljana Plavsic en La Haya
Biljana Plavsic, antigua presidenta serbia de Bosnia-Herzegovina, compareció ayer ante el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY) acusada de crímenes contra la humanidad en las guerras de los Balcanes. La antigua mano derecha de Radovan Karadzic, el líder serbio acusado de genocidio en el mismo conflicto, se declaró culpable en octubre de "persecución y limpieza étnica" de musulmanes y croatas en 1992.
La admisión de sus delitos no la obliga a declarar contra otros procesados, como el ex presidente de Yugoslavia, Slobodan Milosevic. De ahí que la vista pública se haya reducido a tres días para que los jueces puedan dictar una sentencia rápida.
Bien arreglada y serena, Plavsic, de 72 años y catedrática de Biología de la Universidad de Sarajevo antes de dedicarse a la política y de la guerra de Bosnia-Herzegovina (1992-1995), expresó su remordimiento ante los jueces del TPIY y admitió haber justificado la desaparición de los ciudadanos no serbios como un hecho natural. Esta política de los radicales serbios de Bosnia fue conocida como limpieza étnica. Para la fiscal de La Haya, Carla del Ponte, que ayer logró por fin sentar en el banquillo a uno de los líderes serbios de mayor rango y el único que ha reconocido por ahora su culpa, esta declaración demostraba "la enormidad de los crímenes cometidos en Bosnia-Herzegovina" durante más de tres años. "Un horror que ninguna admisión de culpa puede disminuir", dijo Del Ponte para después llamar a uno de los testigos que debían ilustrar sus palabras de forma bien gráfica.
Se trataba de Adil Draganovic, un musulmán superviviente de los campos de concentración abiertos por el Ejército serbio y que rememoró los malos tratos, hambre y terror a que fue sometido junto con el resto de prisioneros. Teofica Ibrahimetendic, una psiquiatra especializada en traumas de guerra, calificaría las secuelas dejadas por dicho sufrimiento de "grandes lesiones psicológicas". Otro testigo de la acusación más conocido, Elie Wiesel, premio Nobel de la Paz y superviviente del Holocausto, pediría a continuación a los jueces que tuvieran en cuenta "el dolor de todas las víctimas de la guerra de Bosnia", antes de dictar sentencia.
Si bien la declaración de culpabilidad de Plavsic pone de relieve que tanto Radovan Karadzic como Slobodan Milosevic fueron los cerebros del plan para eliminar a los ciudadanos no serbios de otros países de la antigua Yugoslavia y también que Belgrado apoyaba a la cúpula política serbobosnia, esta información no podrá ser utilizada contra el ex presidente ugoslavo. Plavsic no tendrá que declarar contra Milosevic pero, en cambio, verá testificar en su favor a la ex secretaria de Estado norteamericana, Madeleine Albright; al ex primer ministro de Suecia y mediador en los Balcanes, Carl Bildt; y al vicepresidente de la Comisión para la Reconciliación y la Verdad en Suráfrica, Alex Boraine.
Todos ellos subrayarán previsiblemente la importancia que tiene para la reconciliación en Bosnia-Herzegovina el hecho de que la ex presidenta serbobosnia haya admitido su culpa. También harán hincapié Albright y Bildt en el apoyo mostrado por Plavsic en el año 1995 a los acuerdos de Dayton, que pusieron fin a la guerra en Bosnia.
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