CiU renuncia a elaborar un proyecto articulado de nuevo Estatut
La dirección de Convergència i Unió (CiU) rectificó ayer uno de los aspectos más endebles de la propuesta de nuevo estatuto de autonomía para Cataluña con la que pretende recuperar el crédito perdido ante el electorado nacionalista por su alianza con el PP en esta legislatura. En contra de lo anunciado anteriormente, CiU ha decidido renunciar a que esta propuesta sea un texto articulado.
"Somos muy conscientes de que deberemos hablar con todas las fuerzas parlamentarias", dijo ayer el secretario general de CiU, Josep Antoni Duran Lleida, al comunicar la renuncia. En vez de la propuesta cerrada y articulada para un nuevo estatuto de autonomía, lo que CiU piensa presentar es, explicó, "una propuesta de bases".
A lo que los nacionalistas no renuncian es a celebrar el 6 de abril un gran mitin en Barcelona para lanzar esta propuesta. La idea de "nuevo" estatuto de autonomía es la fórmula que CiU ha acuñado para diferenciarse de las propuestas de reforma del Estatut que han pactado los tres partidos de la izquierda, PSC-Ciutadans pel Canvi, Esquerra Republicana e Iniciativa per Catalunya Verds.
Montilla ataca a Duran
Cualquier proyecto de reforma del Estatut, tanto si se le denomina reforma como si se pretende bautizarlo como "nuevo", requiere la aprobación de dos terceras partes de los diputados del Parlament, primero, y de las Cortes, después. Algo que sólo es posible con un amplio acuerdo entre las principales fuerzas políticas. La composición del Parlament hace imposible que una propuesta de este tipo requiera, en Cataluña, el apoyo de PSC y CiU, como mínimo, y del PSOE y PP en las Cortes.
Al mismo tiempo, cualquier acuerdo de estas características es imposible si se plantea como la imposición de la iniciativa o el contenido de la propuesta de un partido sobre los demás. Los grupos parlamentarios de la oposición no han dado credibilidad a la idea de nuevo estatuto lanzada por CiU precisamente porque fue planteada como un desafío contra los demás partidos, cuando todos sabían que el diálogo previo era la primera condición para que prosperara.
Esta situación ha dado pie a un cruce de acusaciones entre los líderes de CiU y PSC sobre la voluntad de diálogo de cada parte sobre esta cuestión. Duran Lleida ha asumido el papel de ariete de CiU a la hora de atacar a los socialistas. El primer secretario del PSC, José Montilla, acusó ayer al Gobierno de Jordi Pujol y a CiU de haber perdido "el sentido de la realidad" en esta cuestión como en otras que constituyen los problemas cotidianos de los ciudadanos, como la escasez de viviendas de alquiler o el problema de las guarderías infantiles. Además, Montilla acusó a Duran Lleida de "encargarse de hacer el trabajo sucio" atacando a los socialistas "a cambio de que Artur Mas y Jordi Pujol olviden los trapos sucios de Unió".
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