Un líder de la guerrilla chechena muere en una cárcel rusa de "hemorragias internas"
El viceministro de Justicia aclara que el cadáver de Radúyev no tenía signos de violencia
El guerrillero Salmán Radúyev, símbolo de la tendencia más radical del independentismo de Chechenia, ha muerto a los 34 años en un penal de alta seguridad de los Urales donde cumplía la condena a cadena perpetua que le fue impuesta en diciembre de 2001. La muerte se produjo el sábado por "hemorragias internas", según la versión provisional difundida ayer por el viceministro de Justicia ruso, Yuri Kalinin. El alto funcionario, citado por la agencia Interfax, afirmó que la muerte había sido "natural" y que el cadáver no presentaba "ningún signo de violencia".
Antes de que la noticia pudiera ser examinada por los medios de comunicación, Kalinin se adelantó a las "especulaciones que puedan aparecer" y afirmó que "carecen de fundamento".
Capturado en marzo del año 2000, Radúyev fue declarado culpable de cargos que incluyen terrorismo y asesinato con especial crueldad. La cadena perpetua es la mayor pena que imponen los tribunales rusos, en tanto rige la actual suspensión de la pena capital. En agosto fue trasladado al establecimiento conocido por Beli Lébed (El Cisne Blanco), ubicado en Solikamsk, en la provincia de Perm.
Tras cursar estudios de economista en la Universidad de Rostov y trabajar para la organización de las Juventudes Comunistas en las postrimerías de la Unión Soviética, Radúyev se integró en la Administración independentista en 1992. Fue también yerno del general Dzhojar Dudáiev.
Los sectores separatistas más moderados percibían a Radúyev como una amenaza. Aslán Masjádov, el sucesor de Dudáiev, fracasó en su intento de disolver las formaciones armadas de Radúyev. También fue incapaz de hacer que se ejecutara el veredicto del Tribunal Islámico de Chechenia, que en 1998 condenó al guerrillero a 10 años por intentar un golpe contra Masjádov.
La acción más espectacular y sangrienta de Radúyev fue la toma de rehenes en el pueblo de Kisliar, en Daguestán, en enero de 1996. Un total de 78 personas murieron en aquella aventura que Radúyev y sus comandos de lobos solitarios iniciaron cuando, pistola en mano, encerraron a más de 3.000 personas en el hospital local. Tras negociar con los representantes federales, Radúyev y sus comandos huyeron a Chechenia con un centenar de rehenes que utilizaron como escudos humanos. Las tropas federales los acorralaron en el pueblo de Pervomáiskoe y, desdeñando el peligro al que sometían a los rehenes, se enzarzaron en una batalla, en la que perecieron soldados, civiles y guerrilleros.
A Radúyev se le atribuye también un atentado en la estación de ferrocarril de Piatigorsk en abril de 1997. Herido en varias ocasiones, perdió un ojo, sufrió heridas que le deformaron terriblemente el rostro y tuvo que ser operado de cirugía plástica.
La agencia oficial Itar-Tass difundió ayer el parte médico de la prisión, que atribuye la muerte a "numerosas hemorragias en los órganos internos". Itar-Tass cita informe del vicejefe de la delegación de Justicia de Perm, Viacheslav Kolchánov, que equivale a una historia clínica de los últimos días del condenado con inusitados detalles sobre sus dolencias y el tratamiento recibido.
Radúyev se habría quejado de una hemorragia en el ojo izquierdo el 6 de diciembre y después habría sufrido nuevas hemorragias y dolor en el estómago. Los médicos le habrían detectado "una úlcera en el duodeno" y le habrían sometido a una "terapia antihemorrágica, refortalecedora y vitamínica".
Condiciones en la prisión
En septiembre, en una entrevista a la cadena NTV, Radúyev se mostró en paz con su destino y dijo no tener especiales quejas sobre la vida en el penal, donde era uno de los tres presos, entre los 200 condenados a cadena perpetua, con educación superior, según relataba el diario Gazeta en agosto. Este periódico creía que las condiciones eran soportables (celdas de dos, hora y media de paseo al día y un baño semanal).
Gazeta informaba, no obstante, de que los presos de Beli Lébed se morían de tuberculosis. Nueve internados murieron de esta enfermedad en 2000; tres, en 2001, y uno, hasta agosto de este año.
De los cuatro condenados por la toma de rehenes de Kisliar sólo dos están vivos, según Interfax. El 18 de agosto, en una cárcel de Yekaterinburgo, falleció el ex viceprimer ministro de la república independentista chechena, Turpal-Ali Atgeríev, condenado a 15 años de prisión. Otros dos condenados, Jusein Gaisúmov y Aslanbek Aljazúrov, cumplen condenas a ocho y cinco años de privación de libertad, respectivamente.
El jefe de la Administración prorusa de Chechenia, Ajmad Kadírov, manifestó que la muerte de Radúyev no influirá en la situación en Chechenia.
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