Italia perdona a los defraudadores para recaudar 8.000 millones
Berlusconi presenta hoy en el Senado una gran amnistía tributaria
Los defraudadores a la Hacienda italiana están de enhorabuena. Después de un largo tira y afloja interno, el Gobierno de centro-derecha ha optado por incluir en la ley de presupuestos un total de 12 amnistías tributarias. Gracias a esta maxienmienda, que será presentada hoy en el Senado, los que mienten al fisco, los que no pagan algunos impuestos, pueden abonar una pequeña multa y volver a la legalidad.
Entre las tasas que no se pagaban estaba el canon de la RAI, la recogida de basuras o la contribución de inmuebles, por citar sólo algunos. Ahora los contribuyentes olvidadizos de esas tasas podrán acogerse a la legalidad previo pago de una modesta multa. La gigantesca amnistía -con la que el Ejecutivo espera recaudar unos 8.000 millones de euros- ha sido muy criticada por la oposición. Según Piero Fassino, líder de los Demócratas de Izquierda, "es una burla a los ciudadanos honestos".
El perdón de los pecados es una base doctrinal del catolicismo que el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, está dispuesto a adoptar. Aunque no le guían razones morales, sino estrictamente económicas.
Y es que, como él mismo declaró hace unos meses, refiriéndose al Tesoro: "Estamos sin una lira". Para tapar los muchos agujeros de las cuentas públicas, los Presupuestos de 2003 han tenido que recurrir a la venta de inmuebles y a la amnistía fiscal, a la que se añaden ahora otras menores. Todos los contribuyentes (personas físicas y pequeñas empresas) que hayan mentido en las declaraciones de la renta de los últimos cinco años, podrán hacer las paces con su conciencia, pagando 300 euros o, según los casos, un 20% de la contribución real que les correspondía en cada uno de esos años.
La amnistía alcanzará también a los que han escurrido el bulto a la hora de pagar impuestos locales o de las regiones -por ejemplo, la tasa de contribución urbana, o el impuesto por la recogida de basuras al ayuntamiento-, el impuesto automovilístico o el canon anual para financiar la televisión pública (RAI). Una deuda que puede ser saldada ahora previo pago de 10 euros por año. A cambio, el Gobierno espera recaudar 8.000 millones de euros, imprescindibles para cuadrar las cuentas de los Presupuestos, que incluyen ya recortes de 20.000 millones de euros.
Pese a la dramática situación de las cuentas públicas, Berlusconi no ha querido renunciar a aplicar "la mayor reducción de impuestos de la historia de Italia", a partir del año 2003. Las dificultades económicas del Ejecutivo estaban claras desde que se constató, este verano, la disminución apreciable de la recaudación fiscal y un crecimiento de la economía muy inferior al programado (apenas el 0,6% del PIB). Eso, en un país con una de las deudas públicas más elevadas de la Unión Europea y con un amenazante déficit (el FMI lo calcula en el 2,3%).
"El Gobierno se ve en la necesidad de buscar 8.000 millones de euros, ante el descenso de las entradas fiscales, y para eso propone la amnistía a los evasores fiscales, un mal ejemplo que ha tenido ya un reflejo negativo en la propia recaudación de Hacienda, en lo que va de año han perdido 3.000 millones de euros", dice Enrico Letta, ex ministro de Comercio y diputado de la Margarita, que forma parte del Olivo.
Ni siquiera los partidos de la coalición que apoya a Berlusconi están de acuerdo con todas las enmiendas que se presentarán hoy. Por ejemplo, está aún en el aire la legalización de las construcciones que infringen la ley, porque ha sido mal recibida por la Liga Norte, que forma parte del Ejecutivo. Otros perdones, como el de las multas de tráfico, tuvieron que ser retirados por la polémica que levantaron.
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