Se busca niño de 3 años
Hace un par de inviernos me telefoneó un ministro preocupado. Era cuando la crisis de las "tres cositas", así la bautizó José María Aznar. "Por tres cositas anda envalentonada la oposición". Era lo de las vacas locas, lo del submarino nuclear averiado en Gibraltar, y una sospechosa leucemia entre nuestros soldados destacados en Bosnia. Estaba el Gobierno deprimido. "¿Tú nos ves tan mal?", me preguntó el ministro. "Para que me llames a mí, tenéis que estar fatal", respondí, un poco chulillo. Luego me puse serio y le dije: "Creo que necesitáis urgentemente un niño de cinco años". A los ministros hay que responderles con los clásicos, en este caso, Groucho Marx: "Hay cosas que hasta un niño de cinco años entiende, ¿hay por aquí un niño de cinco años que pueda explicármelo?"
Creo que el presidente del Gobierno debe convocar de urgencia un gabinete de crisis formado por niños de tres años
Las cosas han ido a peor desde entonces. Hoy ya necesitan un niño de tres años, por lo menos. Hasta un niño de tres años sabe que cualquiera puede equivocarse, ¡pero el Gobierno ha tardado un mes en aceptar la posibilidad de estar equivocado! Durante un mes todos eran carroñeros, ignorantes, mentirosos y antiespañoles. "Falta a la verdad quien diga que sigue saliendo fuel del barco, porque hay pruebas de que se ha solidificado / Je, je, pues no se solidifica la cosa, je, je, curioso, ¿no?". "Salen unos hilillos, como de plastilina / Je, je, parece que los hilillos son de 125 toneladas, je, je, qué cosas". "Sólo los ignorantes pueden discutir la decisión de hundir el barco a 3.600 metros de profundidad / Je, je, no se lo van a creer, como está a 3.600 metros, ahora no se podrá extraer el fuel, que saldrá en hilillos, hablen con mi colega, él les contará". Al cabo de un mes, cuando el desastre es bíblico, dicen: "Bueno, oye, nadie es perfecto".
Un político puede acusar a la primera cadena de radio de España de mentir, pero si a los dos días se demuestra que quien mentía no era la cadena de radio sino el político, ¿cómo puede no dimitir el político? Hasta un niño de tres años sabe que no hay que decir mentiras. "Je, je, pues sí que estaba cazando, pero un poquito nada más, je je". Un presidente del Gobierno puede esconderse durante un mes, pero hasta un niño de tres años sabe que no se puede excusar diciendo que otro niño la hizo más gorda: "¡Felipito lo hizo peor cuando el Mar Egeo!" "¿Y tú dónde has estado, Josemari?" "Uf, trabajando, y ahora me encuentro con que la oposición se quiere aprovechar. Por suerte, aquí estoy yo, debajo de la mesa".
¿Sabe un niño de tres años para qué sirve un ministro de Medio Ambiente? (Menos mal que no le dieron el Ambiente Entero).
Creo que el presidente de Gobierno debe convocar de urgencia a un gabinete de crisis formado por niños de tres años (¡que no se los preparen, por Dios! "A ver, ¿qué le vais a decir al señor presidente". "Que lo hace muy bien y que Zapatero es un cabrón". "Huy, qué rico"). Señor presidente, siga a pies juntillas lo que digan los críos. Yo, desde luego, me sentiría más seguro con un niño de tres años al mando de la situación. Y si puede incorporar a alguno de dos años, mejor.
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