Cristianos de base instan a la Iglesia a acabar con el "escándalo" de Cajasur

Las Comunidades Cristianas Populares de Córdoba (un grupo de creyentes de izquierdas, defensores de la justicia social y los derechos humanos, críticos con las jerarquías y los fastos eclesiásticos) hicieron público ayer un escrito en el que instan a la Iglesia "a tomar partido sin ambigüedades para acabar definitivamente" con la "situación escandalosa" de Cajasur. A su juicio, sólo existen dos posibilidades: o la Iglesia se desliga de Cajasur, o permanece en la caja para hacer de la obra social "un verdadero medio de compromiso con los sectores excluidos de nuestros entornos más cercanos".

Para estos cristianos de base, la constatación del "poder omnímodo" del presidente de la caja, el cura Miguel Castillejo, "es reflejo tanto de la mediocridad de la esfera social y política" de Córdoba "como del rechazo de la jerarquía de la Iglesia al mensaje de Jesús de Nazaret". Creen que ha sido una mezcla de "amnesia y caciquismo" la que ha conducido al escenario actual.

Los firmantes del documento ("cristianos y cristianas de comunidades populares, comunidades de religiosas en barrios de exclusión y otras personas socialmente comprometidas") apelan a la recuperación de la memoria histórica en el caso de Cajasur; recuerdan la "vergüenza" que les daba "un Iglesia hipotecada" y reivindican haber promovido, entre 1992 y 1995, "una sólida campaña de denuncia y sensibilización con el papel de la Iglesia en Cajasur, ante el símbolo antievangélico que representaba un banco en manos de la Iglesia y ante el servilismo que imponía el poder ejercido por el canónigo Castillejo".

"Sin respaldo"

En aquel tiempo, continúan, estaban "a la intemperie, sin respaldo de otros sectores, ni de la Iglesia, ni de políticos"; en el escrito, los cristianos manifiestan su sorpresa porque sólo ahora, 10 años más tarde, a otros les haya llegado "el momento de denunciar", añaden, "como si se tratase de un escándalo que nadie podía imaginar".

La legalidad de la póliza de Castillejo, aseguran los cristianos de base, no les interesa, "como no debiera interesar a quienes analizan la situación desde la óptica de la fe". "Sencillamente es contrario al Evangelio que la Iglesia consienta el ejercicio del poder en provecho propio y el enriquecimiento y el lujo", concluyen, "y que un cargo, que debiera ser de servicio a los preferidos del Padre se convierta en atalaya desde la que manejar bolsillos y conciencias".

En Málaga, el presidente andaluz, Manuel Chaves, abogó por la apertura de un diálogo institucional entre la Junta y la Iglesia para buscar una salida consensuada a la crisis en Cajasur. Según Chaves, "el problema de Cajasur hoy es Castillejo". "Cajasur", añadió, "tiene una situación insólita, porque es la única caja de ahorros de España que no se somete al control de la comunidad autónoma donde está radicada".